Al igual que Matt Barnes, estoy convencida de que cada uno de nosotros tiene la capacidad de crear conciencia, ser voluntario, educar a nuestros amigos y familiares y retribuir a nuestras comunidades.
El detalle es que, como bien lo dijo Mark Foster, salir y ofrecerse como voluntario suena simple, pero muchas personas no lo hacen porque no saben por dónde empezar. Entonces, para solucionar el problema de no saber por dónde empezar, lo primero es buscar dónde hacerlo porque, como ya lo dice el viejo y conocido refrán, el que busca encuentra. Y si buscar pareciera ser una tarea complicada, entonces bastaría con hacer lo que alguna vez aconsejó Arthur Ashe: empieza donde estás, usa lo que tienes y haz lo que puedas.
Antes de continuar hablando sobre el tema, es preciso tener en cuenta que se trata de una reflexión necesaria y obligada en el marco del Día Internacional de los Voluntarios 2022 que, para este año, se centra en el lema “La solidaridad a través del voluntariado”, adagio mediante el cual las Naciones Unidas destacan el poder de nuestra cualidad humana colectiva para impulsar un cambio positivo a través del voluntariado.
En sintonía con ese contexto es que la reflexión que ahora nos ocupa toma mayor relevancia y trascendencia ya que, sin duda alguna, el voluntariado es clave para la transformación social, ambiental y económica. Es pues, como denota la ONU, capaz de cambiar las mentalidades, actitudes y comportamientos de las personas convirtiéndolas en agentes del cambio para sí mismos y para sus comunidades, y para el logro del progreso de la humanidad.
Entonces, considerando todo lo ya expresado, y retomando lo inicialmente citado en este artículo, queda claro por qué se necesitan voluntarios y por que es indispensable reconocer y desarrollar la capacidad que cada uno de nosotros tenemos para crear conciencia, ser voluntario, educar a nuestros amigos y familiares con miras a retribuir a nuestras comunidades.
Y es que, tal y como lo afirma la ONU, el incremento de las desigualdades en todo el mundo hace necesario que trabajemos juntos para encontrar soluciones comunes, y son los voluntarios, atraídos por la solidaridad, los que desarrollan soluciones para los desafíos del desarrollo y para el bien común.
De ahí que, pensando en el logro del bien común y el desarrollo social y humano, todos y cada uno de nosotros debemos reconocer y recordar que, en todos los ámbitos, sectores y a todos los niveles de nuestra sociedad, siempre se necesitan voluntarios y, entonces, actuar en consecuencia. De lo contrario, difícilmente podremos lograr el desarrollo y progreso integral de la humanidad.
A modo de reflexión sumativa, en esta ocasión concluyo citando lo dicho alguna vez por la actriz, activista y escritora estadounidense-británica, Gillian Anderson: Ser útil. Ya sea que se ponga a disposición de un amigo o compañero de trabajo, o que haga tiempo todos los meses para hacer trabajo voluntario, no hay nada que produzca más sentimiento de empoderamiento que estar al servicio de alguien que lo necesita.
Aída María Holguín
laecita@gmail.com