Reflexión semanal
Las palabras son un vehículo de expresión en la que viajan las cosas que producen un efecto en el interior de nuestro ser. En ellas viaja la vida, la muerte, la bendición o la maldición, el amor o el odio.
Las palabras pueden sanar y herir los corazones de tal manera que pueden marcar la vida de una persona por años. Las palabras tienen la capacidad de sanar la identidad de una persona o destruirla. Tal vez muchos de nosotros fuimos marcados por palabras descalificadoras que las hemos arrastrado por años.
Lo que tú piensas de ti te tiene donde estas. No es la crisis del mundo, no son las circunstancias, nada, es tu mentalidad “Porque cuál es su pensamiento en su corazón, tal es él” (Proverbios 23:7)
La mentalidad que adoptes te da un estilo de vida. No puedes salir adelante en la vida con una mentalidad negativa de sí misma, creyendo “Pobre de mí soy el patito feo, nadie me quiere” Cambia el “yo no puedo” por “Todo lo puedo hacer por medio de Cristo, quien me da las fuerzas” (Fil. 4:13) Cuéntate la historia de tu vida que te estás contando de una manera diferente. Como te cuentes la historia, tendrá un gran impacto en tu vida, sea para bien, o sea para mal.
Si quieres salir adelante en la vida, tienes que estar dispuesto a cambiar tu historia e ir por aquello que tu mente, el mundo, las personas, o el enemigo te dicen que es imposible, ¡Tienes que ir por lo imposible¡ Si quieres sobreponerte a la adversidad, logra aquello que te dicen que tú no puedes lograr, debes estar dispuesto a cambiar tu historia. La historia de Jabes narrada en 1 crónicas 9-10 nos enseña que sí se puede cambiar la historia. Jabes significa dolor. Los nombres en los tiempos bíblicos determinaban la vida de las personas. Jabes no estaba dispuesto a que vida fuera dolor y clamó a Dios que cambiara su historia, y así fue, la historia de su vida cambió.
Necesitas Creer en ti. Aunque tú creas que estás viviendo el peor momento de tu vida, tú tienes que creer en ti. Si tu no crees en ti, ¿Entonces quién? Tienes que creer y declarar con tu boca que tu situación no es permanente y declarar con tu boca que de esto va a salir algo bueno.
Cree que lo que pasa ahora en tu vida no han llegado para destruirte, llego para bendecirte, llego para sacar lo mejor que hay dentro de ti, la grandiosa persona que eres, porque los que aman a Dios todas las cosas ayudan para su bien (Rom. 8.28) Cree en ti, y habla contigo de una manera que te empodere, y no que te derrote.
Empieza a decirte “Pero en todas estas cosas soy más que vencedor por medio de aquel que me amó” (Rom. 8:37) Cuéntate, sí yo he podido… cuéntate tus victorias… ellas son testimonio de que sí puedes.
Todos traemos una mochila en las espaldas y guardamos muchas cosas allí que no nos dejan avanzar. Hay que sacar el peso del rencor, del resentimiento, etc. Es tiempo de soltar, de sacar esas piedras de la mochila, y llenar la mochila de victorias, de éxito en Cristo Jesús Señor nuestro. Dice en hebreos 12:1 “…despojémonos de todo peso…”
Estimado lector, crea en Dios, sea feliz en este mundo y un día vaya al cielo.