Entre las señales de retroceso observadas, están las adjudicaciones directas en las contrataciones públicas, el debilitamiento del Sistema Nacional Anticorrupción, el desmoronamiento de los órganos reguladores y la falta de independencia de agencias clave como la Unidad de Inteligencia Financiera.
El índice es elaborado por la Sociedad de las Américas/Consejo de las Américas (AS/COA) y Control Risks.
Daniel Linsker, director regional de Control Risks para México, Centroamérica y el Caribe advirtió que el tiempo de culpar a las administraciones pasadas se está agotando.
A diferencia de otros índices, que miden la percepción que la gente tiene sobre la corrupción, este estudio se centra en analizar la capacidad institucional para combatir el fenómeno bajo tres indicadores: “Capacidad legal”, “Democracia e instituciones políticas” y “Sociedad civil, medios de comunicación y sector privado”.
México sólo obtuvo calificación aprobatoria en el tercero, con 6.24 puntos.
Su calificación general fue de 4.55, con lo que se ubicó en el octavo lugar dentro del ranking de los 15 países de América Latina evaluados.
La calificación global obtenida es ligeramente menor a la que alcanzó el país el año pasado, que fue de 4.65.
La consideración del estudio es que México se ha estancado y mantiene una pobre capacidad para detectar, castigar y prevenir la corrupción.
Para Daniel Linsker, la Administración del Presidente López Obrador entrará en un año crítico en la lucha contra la corrupción en el que, de no corregir el rumbo, se puede ahondar la debilidad institucional para combatir el fenómeno.
El tiempo de culpar a las administraciones pasadas de los hechos de corrupción se está agotando, advirtió, y ahora se podrá saber si las instituciones tienen la independencia y la capacidad para perseguir y castigar actos de corrupción o sucede lo mismo que en el pasado, cuando los miembros del mismo grupo político no eran investigados.
“Sin embargo, el Índice CCC 2020 muestra que, en la práctica, no ha cambiado mucho para México, de hecho, el país se ha estancado y mantiene una débil capacidad para detectar, castigar y prevenir la corrupción”, indica la publicación.Linsker insistió en que, ya en el ejercicio del Gobierno, las expectativas que generó el Presidente no se están satisfaciendo y se corre el riesgo de una regresión.
Y está por encima de Ecuador (4.19), Panamá (4.17), Guatemala (4.04), Paraguay (388), República Dominicana (3.26), Bolivia (2.71) y Venezuela (1.52).