Corren un riesgo mayor de sufrir una enfermedad severa y morir por Covid-19
Nichole Kruk empezó su segundo trimestre de embarazo, justo cuando la pandemia se propagó por todo el mundo en el 2020.
Victoria Rossi/El Paso Matters
Sin poder quedarse en casa, su empleo requería tener contacto directo con los clientes, y la única manera de protegerse eran mascarillas de tela que fueron confeccionadas por una colega. Ella y otra compañera de trabajo que también estaba embarazada compartían consejos de seguridad de su ginecólogo y comentaban sobre todas las preguntas sin respuesta: ¿De qué manera afectaría el Covid-19 al bebé? ¿Tendría que ser forzada a dar a luz a solas?
Para finales de julio, se las arregló para evitar enfermarse y dio a luz a su primer hijo, quien “llegó saludable y hermoso”, dijo. Pasó nueve horas en la labor de parto, y usó mascarilla todo el tiempo.
Pero justo después de la época navideña del 2021, una compañera de trabajo se presentó a trabajar estando enferma. Kruk recibió la noticia: con cinco meses de su segundo embarazo y vacunada, se contagió con Covid-19.
Debido a que la variante ómicron ha generado un nuevo incremento en las infecciones del coronavirus en El Paso, las mujeres embarazadas enfrentan otra oleada de temor e incertidumbre.
Ellas corren no sólo un riesgo mayor de sufrir una enfermedad severa y la muerte por Covid-19 comparadas con la población general, sino que también están entre los grupos menos vacunados en el país, de acuerdo a los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, (CDC), debido a que casi el 60 por ciento de esta población no está vacunada.
Kruk, quien tiene 33 años, rápidamente se fue a la casa de su madre en Las Cruces para pasar la cuarentena, dejando a su esposo y a su pequeño hijo en El Paso, mientras empezaba a sentir muchos de los síntomas en su cuerpo: tos, dolor de garganta, vómitos, congestión y un dolor de cabeza “como si me hubieran pegado con una pelota de beisbol en el rostro”, dijo.
Lo peor fue el aislamiento. No poder ver a su hijo “le oprimía el corazón”, dijo. “También fue difícil para él. En FaceTime, pude ver que estaba enojado conmigo y no quería hablarme”.
Ella pidió hablar con su ginecólogo acerca de su infección, pero él nunca le regresó la llamada. “Siento que él no está preocupado por mí como paciente ni por mi hijo. Es un poco doloroso”, dijo.
“Me siento tan desinformada y no sé qué está pasando”, agregó.