Pero en el caso de las 11 diputaciones pluris, la teoría es que de ellas debe de salir una repartición de equidad de género que permita que al final de las rondas de repartición nuestro Congreso tenga 17 personas de un género, -hombres o mujeres- y 16 personas del otro genero -mujeres u hombres-, pero para hacerlo posible se tendrá que violar el derecho adquirido por quienes participaron dentro de su partido político en sus procesos internos de integración de las listas de aspirantes por la vía plurinuminal.
Siguiendo con esa teoría que impulsan desde el PRI -con el único objetivo de reventar a Omar Bazán- ellos dicen que es tiempo de favorecer a las mujeres y que la integración final del Congreso debe ser 17 mujeres y 16 hombres.
Pues bien, para que eso suceda, de las once diputaciones a repartir, se les tienen que dar 7 a mujeres y solo 4 a hombres.
Si ellos lograran que ese objetivo se fije, entonces en la primera ronda de repartición, el PRI, Morena y Movimiento Ciudadano, tendrían que brincar al número uno de sus respectivas listas, pues todos ellos tienen a un hombre, Omar Bazán del tricolor, Panchito “El Galán” Sánchez de M.C. y Oscar Castrejón de Morena. El PAN no tiene problemas, pues la número uno de la lista es Rosa Isela Martínez, esposa del actual diputado local Fernando Álvarez Monje.
Dando por válida esa situación, entonces por el PRI entraría Georgina Zapata, por M.C. entraría Ana Lucía Baduy y por Morena, la ex diputada duartista Adriana Terrazas Porras. Y así habría ya 14 mujeres, contra 12 hombres.
En la segunda ronda, tiene que entrar el candidato o candidata mejor perdedores en sus respectivos distritos. La explicación que dan es que ahí no se puede aplicar la equidad de género, porque es cuestión de votos obtenidos en la calle y así, por el PAN, podría ser que llegue -dependiendo de los cómputos finales de porcentaje de votos- Gabriel Ángel García Cantú, quien sería el hombre 13 en el Congreso.
Por Morena el pleito va a estar entre Rubén Castañeda y Benjamín Carrera, cualquiera de los dos pudiera ser el hombre 14 y ahí se empataría 14 hombres, 14 mujeres, equidad perfecta.
Por el PRI, entraría o Ivón Salazar de Ojinaga o Ponchito Pérez de Guerrero, entre quienes se tiene que dilucidar quién fue el perdedor con mejor porcentaje de votos en su respectivo distrito. Si pasa Ivonne, entonces las mujeres se apuntan la diputada 15, si entra Ponchito, serían los hombres los que ya llevaran 15.
Como este es un ejercicio de mera elucubración, digamos que pasa Ivonne, entonces Movimiento Ciudadano no tiene ningún problema para que llegue Amín Alejandro Corral, de Parral y de nuevo se da un empate perfecto, 15 mujeres, 15 hombres.
La tercera ronda en la que ya solo hay tres diputaciones a repartir, implica o dos mujeres y un hombre o dos hombres y una mujer.
Si es el PAN el primero en obtener esa diputación, sin necesidad de recurrir a la paridad, pues en ese momento hay un epate perfecto y se tiene que desempatar, entraría el número dos de su lista, es decir, Roberto “El Pony” Lara y serían 16 hombres, contra 15 mujeres.
Si ese fuera el caso, a quien le toca componer la paridad es a Morena, quien de nuevo tendría que “brincar” a Oscar Castrejón y también brincar al tercer lugar de su lista pluri, por ser hombre y así Alejandro Rivas Vega, se quedaría sin diputación y tendrían que meter a la número 4 de esa lista, es decir a la vieja luchadora social María Elena Rojo. Con ella se empataría la equidad de género 16 a 16.
Y la última decisión sería la del PRI, quien tendría la posibilidad de definir si la siguiente legislatura es de 17 mujeres o de 17 hombres. Si aplican la lógica política de dejarle su espacio a quien es el número uno de su lista, sería Omar Bazán, si dicen que es “tiempo de las mujeres”, entonces entraría Karla Fabiola Armendáriz, brincando además de a Omar, al número tres de su lista pluri, a Manuel Dick Alarcón.
Ahora si, todo lo que usted acaba de leer, no sirve de nada, tírelo a la basura, pues eso solo sería si en el Congreso del Estado todas las fuerzas políticas se pusieran de acuerdo en lograr la equidad perfecta, pero lo cierto es que cada partido y cada uno de los aspirantes a las pluris, van a pelear su derecho a su lugar ya ganado conforme a los estatutos de sus respectivos partidos y lo más seguro es que esa repartición se tenga que resolver en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y eso sería así por la existencia de leyes que se contraponen una a la otra y por las lagunas existentes en cada una de ellas, de tal forma que a la hora de buscar una interpretación o una aplicación clara, no existe forma de hacerlo y esas van a ser muchas broncas…