Migrantes ignorados / La política supera el fondo / ¿Y dónde está Maru? / Teporaca no acaba
LA PRESENCIA de miles de migrantes sobre todo en Ciudad Juárez, representa un problema social al que los gobernantes de los tres niveles, le han agregado el ingrediente político.
Por posiciones partidistas y hasta ideológicas abordan de manera diferente la problemática de los desplazados por voluntad propia, de manera forzada o por las condiciones de sus regiones y están en lo correcto, eso nada soluciona.
Sin embargo, en ocasiones se trata de visiones que son parte de voluntades sumisas, como sería el caso del alcalde de Ciudad Juárez, Cruz Pérez Cuéllar y el superdelegado de Bienestar, Juan Carlos Loera de la Rosa, quienes para no contrariar al presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, aseguran que nada pasa con los migrantes, cuando todos sabemos que no es así.
Tal vez, los dos conocen a la perfección que el fenómeno de migración es un problema en el mundo, que es milenario y que de fondo tiene que ver con la hambruna, pobreza, violencia y dictaduras.
Ambos antagónicos también saben que el presidente López Obrador, les ha abierto las puertas del sur del país, en un afán populista, pero ya conocen que no suelta un centavo partido por la mitad para ellos y los deja bajo la responsabilidad y sustento de Estado y municipios.
Es el otro gran problema del humanismo político que es solo narrativa; bienvenidos y hay se la echan.
Desde el Gobierno del Estado y algunas fuerzas políticas, se ha pedido la intervención del Gobierno Federal, pero no hay respuesta, mientras que los gringos, concretamente los texanos se han atrincherado en la frontera, ya tienen a la Guardia Nacional con tanquetas y hacen un tendido de 25 kilómetros con alambres de púas para evitar el ingreso de los migrantes.
Algunos lograrán ser aceptados; el porcentaje se establece ahora que son ocho de cada cien, es decir, casi nada. El resto, los otros cuatro mil o cinco mil, tendrán dos opciones: regresar a casa o quedarse en la frontera, usted ya sabe cuál van a elegir.
La presidenta del Congreso del Estado, de reciente sangre guinda, Adriana Terrazas, pide que se controle el ingreso de migrantes, por cuestión de orden, control y para evitar un caos en Ciudad Juárez.
La idea no es mala, así debió ser desde el inicio. Pero su presidente tiene otros datos. A ver sino la expulsan por darle las contras, ya saben cómo es el señor.
POR CIERTO que la gobernadora del Estado. María Eugenia Campos Galván, está en calidad de ausente de Palacio de Gobierno.
Hace unos días se filtró la información de que se encontraba en convalecencia por algún padecimiento relacionado con su salud, lo que se negó en automático desde el Palacio de Cantera.
Se dijo que estaba en asuntos de su vivienda, pero ya está en la tercera semana que no aparecer, por lo que ahora, a las razones de enfermedad se le agregó que “anda de vacaciones”. Si regresa en enero sería un mes.
Como decían los chavo-rrucos, lo que sea hay que decirlo como es, porque luego vienen las especulaciones y son peores, como esa de que se practicó una operación estética, por ejemplo.
Digamos que si está de vacaciones que le vaya bien y si está convaleciente, púes que haya una pronta recuperación.
Es algo similar a lo que sucede con los migrantes, decir que nada pasa o que no existe un problema, sólo agrava las cosas. La verdad siempre estará por encima del engaño.
LA CONSTRUCTORA Teporaca podría entra en un problema de tipo legal, por incumplimiento en los tiempos de la ejecución de la obra de peatonización de la calles Morelos entre la Independencia y calle Tercera, a unas cuadras del Palacio Municipal y el de Gobierno, en el meritito centro de la capital.
Resulta que de acuerdo con el contrato de la costosa obra, en cuyo anunció de obra por cierto no se publicó, debió haberse concluido en un plazo de 60 días naturales y ya se rebasó.
Lo peor del caso es que el plazo concluyó y mínimamente se requiere de unos 15 días, dijo por los propios trabajadores.
Evidentemente los vecinos, comerciantes, antreros y restauranteros de la zona, se han manifestados hartos por las molestias y pérdidas que genera la obra y más porque los ingenieros residentes de la Dirección de Obras Públicas del Municipio, seguramente andan de vacaciones y ni por enterados se dan o peor aún, no se quieren dar por enterados.