Abren puerta a escoltas de Corral -El Pleno las va a cerrar -Se prenden Peniche y Cruz -Castrejón igualito que AMLO
ERA DE ESPERASE que la Comisión de Seguridad del Congreso local, aprobará con sus “asegunes”, que se le concedan guardaespaldas a Corral y tres de sus funcionarios con cargo al erario.
Los diputados panistas, Fernando Álvarez, Jesús Villarreal, beneficiarios de Corral en su momento, incluyendo a la presidenta de la Comisión, Georgina Bujanda, le regresaron un último favor al gobernador, aunque ahora son más proCampistas, que el real círculo cercano de la gobernadora electa.
El problema es que a propósito o por descuido, la Comisión en donde participa también el morenista Jesús de la Rosa (quien votó en contra) tardó demasiado en reunirse, con tres intentos fallidos consecutivos, lo que significa en los hechos, que los escoltas del Corral, van estar en la cancha de otra administración, desde luego que la estatal y del propio Poder Legislativo.
De hecho la Comisión de Seguridad, determinó que la Fiscalía Especializada en Seguridad Evaluación y Análisis, sea la que al final conceda el sí o el no. Entonces para qué calentarla tanto.
Lo que no dice el dictamen, es si se refiere a la Fiscalía actual o a la administración que viene. La realidad es que ya no hay tiempo.
No obstante, la aprobación a modo, el debate viene este viernes o la otra semana, cuando el dictamen sea presentado al Pleno, para su votación en cualquier sentido.
El pronóstico tiene dos variables aunque la resultante será la misma. Primero: Lo rechazan ipso facto o lo regresan a la comisión.
Al final será igual, el rechazo inmediato dependerá de la decisión que asuman los Maru-diputados que seguramente se unirán a la negativa de Morena, PRI y Movimiento Ciudadano.
Y si le dan largas, como ha ocurrido, se va a la cancha de la gobernadora electa, María Eugenia Campos Galván.
Tendrá por lo tanto la oportunidad de darle un cachetadón con guante blanco a su perseguidor o aplicar la ley antiescoltas que el propio Corral promovió a su llegada y el Congreso de rodillas se la aprobó.
DE PLANO a Cruz Pérez Cuéllar alcalde electo de Ciudad Juárez y al Fiscal César Peniche, sólo faltó liarse a golpes, como los buenos cholitos de Ciudad Juárez.
Si no sucedió el enfrentamiento físico, fue por la presencia de varios políticos y empresarios, pero además, porque no había condiciones de equidad, palabrita en voga, pues Peniche traía un sequito de guaruras.
Eso sí, se espetaron los necesario entre ellos, en donde hasta las progenitoras salieron a relucir.
Pérez Cuéllar le echó en cara la persecución política por las acusaciones de corrupción e intento de desafuero (como senador). Lo señaló corrupto y le pidió explicar cómo construyó una vivienda de 40 millones de pesos, más la adquisición de lujoso departamento en Chihuahua.
El Fiscal le dijo que era un corrupto duartista, por haber recibido decenas de millones de pesos por parte del gobernador César Duarte, cuando estaba en funciones.
El fin, show innecesario por el que se va, que es Fiscal y no juez, y el otro que debería ser el primero en respetar la investidura como alcalde, y lo es aunque sea electo.
LUEGO de la redistribución que la noche de antier realizó el Tribunal Estatal Electoral, en donde bajó al morenista Óscar Castrejón, al emecista Francisco Sánchez, ambos en el número uno de las listas plurinominales de sus respectivos partidos, ahora partirán a Guadalajara, a la Sala Superior Federal Electoral a defender las diputaciones que ya le había asignado el Instituto Estatal Electoral.
Evidentemente están en su derecho, incluyendo a la priísta Ivonne Salazar, quien al parecer no lo hará efectivo el recurso legal.
Lo extraño del caso es la estrategia de Castrejón, quien siendo catedrático y abogado de alma pura y limpia como el negrito Tomás, sabe que ese es el camino correcto y por ahí va, pero de antemano, amenaza si no se resuelve en su favor, con apelará ante los tribunales internacionales y tomar las calles de Chihuahua.
Pobre razonamiento del abogado, más cuando ahora acusa al magistrado César Wong Meraz de “haberlo perjudicado con la resolución” y a la gobernadora electa, por haber “influido por considerarlo un personaje incómodo”.
Castrejón no está claro en sus ideas y decires, olvida que fueron sus amigos y compañeros de partido, Víctor Quintana, Benjamín Carrera y Elena Rojo, los que impugnaron, casualmente los tres detractores y perseguidores de Maru Campos, parte del comando Barcelona.
Castrejón se olvida además la frase romántica de que “como hombre de leyes, respetaría la decisión de los órganos electorales”. Claro antes de que lo bajaran del macho.