Ojinaga Chih.- Ayer por la noche el misionero de origen Italiano Renato Galione, dijo en su mensaje que en un mundo ¡A la deriva! el Señor tiene el control, esto desde el pulpito de La Iglesia el Restaurador, templo anfitrión del evento.
Una tormenta en el mar es algo bien impresionante. Pero hay tormentas que azotan a la vida de toda persona que son tan impresionantes como la encontrada en el mar donde se encontraba Jesús y sus discípulos. Pues en ese mar Él demostró su poder, Jesús calma la tempestad para dar una lección de fe a sus discípulos.
En el griego original la palabra que se usa para describir la tempestad es seismós (σεισμός) de la cual proviene la palabra sismo, cuando nos referimos a un terremoto. También encontramos que la palabra grande, para referirse a las olas, proviene del adjetivo griego mégas (μέγας), lo cual sugiere algo agrandado un millón de veces. Por tanto, podemos entender la magnitud de aquella tormenta, la cual de manera súbita se había presentado con fuertes vientos estrepitosos y hacían que se levantaran olas gigantescas que parecía que la barca se iba a hundir.
Por ello Mateo señala que las olas cubrían la barca, mientras que Marcos y Lucas agregan que parecía que la barca iba a ser hundida: (Marcos 4:37)“Pero se levantó una gran tempestad de viento, y echaba las olas en la barca, de tal manera que ya se anegaba”,