Entre tantos enredos en que están metidos Insabi y UNOPS, está el de la deuda que vienen acumulando desde que empezaron a operar dizque conjuntamente; es deuda multimillonaria con proveedores de medicamentos la cual ahora se convierte en obstáculo para la compra que Insabi busca hacer para el abasto de 2023 y 2024.
El Economista
Y es que por la lentitud en la cobranza muchos de los proveedores están atorados sin liquidez para adquirir materia prima, de modo que no están en posición para participar en la siguiente compra que el Insabi ya está organizando.
Representantes del sector farmacéutico dicen que la deuda de Insabi y UNOPS con la industria en una primera aproximación se calcula en unos 9,000 millones de pesos; ello, abarcando una proporción importante de las compras del 2020, casi todo lo adquirido en el 2021, y en algunos casos hay empresas a las que el Gobierno les debe desde 2019.
Sabemos que las asociaciones que integran al sector farmacéutico -Canifarma, AMIIF, Amelaf y Anafam- ya empezaron a hacer un recuento de lo que en cada caso se les debe a sus socios para tener más claro el monto. UNOPS afirma que es responsable sólo del 28% del gasto para la compra de medicamentos y que 96% de sus pagos a proveedores van a tiempo, pero no coincide con lo dicho por las empresas. Lo que sí es que UNOPS no podrá finiquitar su labor en México hasta que no quede aclarado el último peso del presupuesto federal ejercido.
Y es que resulta que las empresas están atoradas en aclaraciones con ambos organismos, porque tanto Insabi como UNOPS están imponiendo multas y sanciones a prácticamente todos los proveedores por incumplimiento o falta de entrega oportuna. Y no es por defender a los farmacéuticos, pero bien recordamos cuando el enorme cuello de botella de las entregas en 2021 debido a los entuertos armados de la primera compra Insabi/UNOPS. Si no hubo entregas oportunas en su momento fue porque los ejecutores de las compras olvidaron inicialmente el “pequeño detalle” del reparto, habiendo la 4T hecho a un lado a las distribuidoras especializadas. Durante todo el 2021 derivado del desorden se generó una parálisis debido a que las instituciones médicas rechazaban las entregas de producto. IMSS, Sedena, Semar, Pemex, CCINSHAE y demás daban infinidad de razones: que eso no lo habían pedido, que no tenían donde ponerlo, que no contaban con cadena fría, que eso ya lo habían comprado por otro lado, etcétera.