El 7 de diciembre de 2020, mediante la resolución 75/27, la Asamblea General de la ONU proclamó el 27 de diciembre Día Internacional de la Preparación ante las Epidemias. En dicha resolución, las Naciones Unidas resaltan la trascendencia de la prevención y la preparación para hacerle frente a las epidemias; esto, evidentemente, luego de constatar y corroborar que las enfermedades infecciosas, las epidemias y, por supuesto, las pandemias tienen repercusiones devastadoras a largo plazo en todos los aspectos y ámbitos de la vida. Es por eso que, desde hace dos años, la ONU invita a todos sus Estados miembros, las organizaciones del sistema de las Naciones Unidas, el sector privado y la sociedad civil, incluidas las organizaciones no gubernamentales, las instituciones académicas, los particulares y demás interesados, a conmemorar el Día Internacional de la Preparación ante las Epidemias de una manera apropiada y de conformidad con los contextos, las prioridades y las directrices pertinentes. Obviamente, la ONU se refiere -principalmente- a poner atención en el sector y sistemas de salud porque de ello depende, en gran medida, la intensidad y gravedad de las futuras epidemias. De ahí que el secretario general de la ONU subraye -entre otras cosas- la importancia aprender de las dolorosas enseñanzas que ha dejado la COVID-19 e invertir con determinación en la preparación, la prevención y la respuesta frente a las pandemias lo cual implica mejorar la vigilancia para detectar y controlar los virus que pueden convertirse en epidemias, aumentar la resiliencia de los sistemas de salud sobre la base de la cobertura sanitaria universal y capacitar, preparar y remunerar como corresponde al personal de salud. El detalle es que, como bien lo dijo Anne Applebaum, las epidemias, como los desastres, tienen una forma de revelar verdades subyacentes sobre las sociedades a las que impactan. Y la verdad es que, en el caso de México, lo que la pandemia de COVID-19 revela es que tres años no han bastado para aprender lo suficiente de lo ocurrido -en todos los sentidos- como para no cometer los mismos errores -y horrores- en futuras situaciones críticas similares o peores. Entonces, considerando que la COVID-19 no será la última epidemia ni pandemia que deberá afrontar la humanidad es que, a propósito del Día Internacional de la Preparación ante las Epidemias, resulta oportuno y apropiado comenzar, en lo individual, en lo colectivo, en lo social y en lo gubernamental, a tomar realmente conciencia de la urgente necesidad de aprender de lo vivido y de lo sufrido para, con ello, estar verdaderamente preparados para responder rápida, apropiada y eficazmente a las epidemias que puedan surgir. A modo de enseñanza, finalizo citando lo dicho por el periodista y escritor estadounidense, Alan Huffman: Sin una intervención humana eficaz, las epidemias y las pandemias generalmente terminan solo cuando el virus o la bacteria ha infectado a todos los huéspedes disponibles y todos han muerto o se han vuelto inmunes a la enfermedad. Aída María Holguín Baeza laecita.wordpress.com laecita@gmail.com |
Mega crucero, ni con mentiras y calumnias alcanzan a los candidatos del PRI
Ojinaga.- A pesar de las calumnias y de una mala política por parte de algunos candidatos y simpatizantes del otro...
Read more