Sin duda alguna que es muy especial ver un amanecer y presenciar como el sol brilla de día, entonces nos levantamos a los afanes del diario vivir. Pero los mismos afanes cansan, y llega entonces la caída de la noche como una dulce bendición del cielo. La oscuridad corre las cortinas y cierra el paso de la luz y la calmada quietud de la noche nos permite descansar en el lecho tranquilo, y olvidar allí por unas cuantas horas todos nuestros afanes. Luego aparece nuevamente el sol de la mañana, y nos pide que nos levantemos y procedamos a las labores del día. La noche es una de las mayores bendiciones que disfrutamos la humanidad, tenemos muchas razones para agradecer a Dios por ella. Sin embargo, la noche es para muchos, un espacio sombrío. En la noche ronda “la pestilencia que anda en oscuridad”, amenaza “el terror nocturno”, sobreviene el miedo a la oscuridad. Es entonces cuando muchos se figuran que criaturas espirituales recorren la tierra, y que las cosas malas amenazan en la oscuridad. La noche es tiempo de terror y alarma para muchos, sin embargo, aun la noche tiene sus cánticos. Podemos pensar en el mar de noche y en murmullo de sus olas como una hermosa melodía. Podemos escuchar en el silencio de la noche el canto de los grillos. Podemos disfrutar del perfume de la flor “huele de noche” Podemos levantar la vista un poco más allá de las montañas y ver las estrellas lejanas, que miran desde lo alto, que con su tintinar cada estrella canta una bella canción. La noche tiene sus cánticos. No necesitamos de mucha poesía en nuestro espíritu para captar el cántico de la noche, y escuchar a los astros cuando entonan alabanzas que son claras para el corazón, aunque silenciosas para el oído.
El ser humano, también, como el grandioso mundo en el que habita, también llega a tener “sus noches”. “Por noches” me refiero a temporadas en la vida. Noches de congoja, noches de persecución, noches de duda, noches de perplejidad, noches de aflicción, noches de ansiedad, noches de ignorancia, noches de desesperación, noches de todo tipo, que oprimen el espíritu, y aterrorizan el alma. Pero, bendito sea Dios, porque podemos decir: “Mi Dios me inspira cánticos en la noche.” (Job 35:10) Pero, ¿qué significa que Dios da cánticos en la noche? Bueno, es que, usualmente, en la experiencia de la noche del que sufre, Dios es su único cántico. El salmo 42:8 dice: “Y de noche su cántico estará conmigo” Es en las noches oscuras de nuestra vida que podemos, más que nunca, contar con Dios, y sólo con Él. En esas noches podemos recurrir a los mejores consejeros, podremos tener personas de buenas intenciones que nos consuelen, sin embargo, sus buenas intenciones y esfuerzos no serían capaces de provocar ningún cántico en la noche, sin importar lo que hicieran. Pero si Dios nos visita en la noche, veremos brillar una luz de esperanza y consuelo, Él sí tiene lo que necesitamos, Él puede convertir la noche en Día, el gemir en cántico. Dios no se olvida de usted en las noches de su vida, sino más bien, es allí precisamente donde podemos conocer más que nunca la grandeza de su amor y misericordia. No importa cuán negra sea la noche, siempre hay una estrella y la esperanza de un nuevo día.
Bien estimado lector, es muy útil cantar en la noche de nuestras tribulaciones, primero, porque nos dará ánimos y podremos animar otros. Cuando tenga problema, cante a Dios, no sabe quién pueda estar cerca de usted, tal vez habrá otro corazón que reciba ánimos por su cántico. En segundo lugar porque a Dios le agrada oír que su creación canta en medio de la noche, pues deja ver su fe y esperanza en Él.
Estimado lector, crea en Dios, sea feliz en este mundo y un día vaya al cielo
