Crueles datos; Ni Morena los cree / Que ahora sí… / Salvar cerros, destruir palacios
NO CABE DUDA QUE la percepción de la clase gobernante, o por lo menos gran parte de ella, tiene otros datos, y los arrojan con toda malicia y perversidad para justificar realidades de las crisis que padece este país, en tres temas que son de la mayor importancia para los mexicanos. Salud, seguridad y las economías caseras.
De salud e (in)seguridad se ha escrito demasiado, un sistema de salud colapsado y un país sumergido en la violencia e inseguridad; el número de muertes y desaparecidos suman 210 mil y 150 mil respectivamente, tan sólo en el sexenio pasado y lo que ha transcurrido del presente; un número de terror que los gobiernos desdeñan.
Para acabarla de amolar, México tiene un pie dentro de una recesión económica que ya golpea a millones, por la inflación, falta de crecimiento y por la carencia de inversión extranjera y nacional.
Las causas son multifactoriales, pero en lo explicable estaría el gran endeudamiento provocado por el régimen conocido como CuartaT; la falta de certeza jurídica generado por el marrazo al Poder Judicial, más la desaparición de instituciones y las improductivas becas…
Seguramente Rodrigo Mariscal Paredes, titular de la Unidad de Planeación Económica en la SHCP, con la perversidad de sus otros datos y sentado en un escritorio, seguramente bajo el alucine de que México es Dinamarca, aseguró en un foro internacional, que los mexicanos tienen ahorros suficientes para soportar o sobrellevar una recesión económica.
Hay que reconocerle por lo menos que no negó la inmersión en la galopante recesión, pero vive o en otro país u otro planeta, desde donde no se alcanzan a ver los 55 millones de mexicanos en pobreza o pobreza extrema, que en ocasiones no tienen ni para comer.
Pensar en tener o sostener ahorros para ese grupo en vulnerabilidad y otros millones más de habitantes de este país, en su pensamiento tan erróneo como falaz.
El funcionario debe conocer de primera mano cuantos millones de mexicanos están en cartera vencida, desde bancos, Coppel, Elektra, Aurrera, Soriana, Walmart, Monte de Piedad, otros que ni conoce como las tiendas de raya, vales, préstamos, paguitos y las tienditas de la esquina.
Increíble la visión para un planeador de ese nivel, pero muy fiel a la filosofía de López Obrador esa que afirma “no hay que tener dinero, si con un par de tenis, es suficiente”. En fin.
DICEN que ahora sí, le van a invertir 10 millones de pesos para reparar o cambiar 17 semáforos, en la capital de casi 100 que presentan fallas o de plano están fuera de servicio y se señalizaran con pintura las avenidas principales.
El anuncio ha sido reiterativo durante el gobierno de María Campos Galván y nada ha sucedido, aunque también hay que decir que, durante el fracasado quinquenio de Javier Corral Jurado, ni un fusible colocó.
Se supone que las reparaciones, sustituciones y señalética, inicia en 10 días; esperemos que ahora sí sea cierto, ante las decenas de percances viales que se registran en la capital y que son atribuidas a estas irregularidades, que generan millones en pérdidas materiales, lesiones y han cobrado varias vidas.
La capital, pese a bondades, modernidad y “ciudad competitiva” como la llama el alcalde, Marco Bonilla, adolece de rayas (pintadas), divisorias de los carriles en avenidas y calles, con más de la mitad de los sistemas controladores de tráfico que funcionan a medias o están fuera de servicio.
EN LOS ÚLTIMOS años los chicos (y chicas) que integran la agrupación Salvemos los Cerros, había alcanzado reconocimiento y empatía social, por las causas nobles ambientalistas que venían abanderando.
Parecía un movimiento social auténtico, espontáneo y desvinculado de los partidos políticos lo que se aplaudió y hasta se agradeció. Hoy se conoce que varios están vinculados a Morena, lo que incluso no tendría problema, salvó que apareció el libertinaje por no llamarlo anarquía.
En la tarde, noche un grupo de estos chavos se dieron vuelo grafitenado Palacio de Gobierno y el Palacio Municipal, bajo la leyenda central de “Salvemos los Cerros” y algunos símbolos esotéricos.
Durante el grafiteo se arrestó en flagrancia a uno de los activistas, pero como ocurre, en un par de horas fue liberado, pese a la flagrancia y los daños que ocasionó, los que por cierto no son menores.
Salvemos los Cerros, alegan el derecho a manifestación y Libertad de Expresión, existen, pero también, violentan los derechos de terceros y la propiedad pública y hasta universal con características (semi) barrocas del medievo.
Pero bueno, mientras estás decisiones políticas que evoquen impunidad continúen, mañana harán lo mismo, como lo hace el crimen organizado, bajo el permiso que otorgan los besos y abrazos para ellos, quizá los catapultan como un derecho constitucional de libre manifestación.