Los puritanos de Montesquieu encontraron inadmisible que la gobernadora Campos se haya reunido con los magistrados y consejeros disciplinarios electos. Los veo manoteando mientras gesticulan el “como es posible que se presten a tamaña subordinación antes de entrar”. Si se prestaron al fraude de la elección, a la foto en Palacio fueron muertos de risa. Esas son bobadas, como bien decía Miguel Etzel, los magistrados y jueces deben demostrar su independencia en las sentencias emitidas, lo demás es faramalla.
En estos momentos de polarización y sensibilidades exquisitas es fácil sobredimensionar encuentros así, recriminándolos a bote pronto. Lo he dicho mil veces y todavía lo dije ayer, no vivimos una elección fraudulenta, la elección en sí misma es el fraude. El régimen operó en todos sus resortes para desaparecer a la Corte tal y como la conocemos desde la muy atinada reforma de Zedillo, para dar vida a un ente subordinado que hasta la toga que representa la imparcialidad les produce picazón. El fraude lo ideó el rencor afincado en Palenque, ni modo que los gobernadores de oposición se cruzaran de manos viendo como los acordeones del bienestar diseñaban los Plenos de la justicia estatal.
Ellos tenían que hacer su trabajo político y, como Maru, todos los hicieron, aunque algunos con resultados menos favorables. Además el tema no terminó en la elección, falta la integración del poderoso Comité de Administración, órgano de nueva creación que tendrá bajo su responsabilidad tareas antes (más exactamente hasta el uno de septiembre) a cargo de la Presidencia. En teoría el Comité debe estar integrado por cinco consejeros; tres propuestas por el Judicial (Pleno actual), uno por el Ejecutivo y uno del Legislativo.
Adivinen qué, también la gobernadora Campos palomeará personalmente a cada uno de los cinco integrantes, nos gusten o no son las reglas de la política como las impuso este gobierno antidemocrático destructor de instituciones. Como decía la madre directora en el Regional de Jiménez, cuando no queríamos ir a los bailes de fin de curso: tienen que bailar ustedes, ni modo que le pida que bailen a los alumnos de la escuela de enfrente. Así Maru, bailará con los suyos y mal de no hacerlo.
Ahora, en cuanto a las impugnaciones ni se ocupen de ellas a menos que busquen desahogos catárticos, el Tribunal de abyectos devotos al régimen no se prestará, en lo mínimo, para que una impugnación inoportuna exhiba el fraude sumario que fue la elección desde su concepción en el infame Plan C. Es improbable, pero la única y remota posibilidad es que la Corte actual la declare nula, elementos sobran. ¿Alguien sinceramente piensa que López Obrador permitiría que los ministros odiados cancelen su proceso destructivo de la Justicia, estando a punto de consolidarlo? De ingenuos está pavimentado el camino del infierno.
Rompeolas
En los próximos meses Daniela Álvarez tiene doble tarea; reestructurar una buena parte de comités municipales y el Consejo Político Estatal del PAN. En el papel es sencillo, pero el verdadero compromiso político de la presidenta es colocar en los comités municipales a presidentes con oficio e identificados con Palacio de Gobierno y rediseñar el Consejo Político de modo que también tenga una mayoría claramente de la misma corriente. No son momentos para jugar con la estupidez de rabiosamente democraticos, esas ideas del pasado sólo los muy románticos se las creyeron. Así que abusada Daniela, el trabajo no es cambiar por cambiar, sino hacerlo para vertebrar el mando del partido bajo el liderazgo de la gobernadora.
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Alan Falomir, conocido en el submundillo de la política por “cabrito”, está muy sensibilizado con el tema de la sequía. Prometió castigar ejemplarmente a quienes manipulen las válvulas del agua o se roben el vital líquido, el vulgar huachicol hídrico que algunos defienden como si fuese derecho. Debería ponerse exigente en serio, en estos tiempos de sequía grave robar agua es un delito imperdonable, más entre quienes tienen conciencia plena de la crisis mundial y los recursos para pagar el consumo. Palomita en la frente al buen Alan.
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Graciela Ortiz, diputada federal y líder moral del PRI chihuahuita, convocó a las fuerzas vivas del otrora partidazo a una reunión urgente. Antes se reunían en el salón de la Dale o el gimnasio San Pedro, hoy le bastó la sala de su casa. Como dijo un viejo priista, el PRI cabe en una selfie. Ahí estuvieron diputados federales, locales (menos ya saben quién) regidores y líderes municipales del partido. ¿El propósito? Ya saben, recordarles quien manda en el Partido, quiere disipar posibles tentaciones independentistas. Todos en fila y agarraditos de la mano, sin pelearse.
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La presidenta Claudia Sheinbaum regresará mañana muy temprano de Canadá, a donde viajó ayer por ser invitada del anfitrión para estar presente en la reunión del G7. Un viaje de oquis, su mayor expectativa era reunirse con Donald Trump y suavizar los diferendos diplomáticos por las marchas migrantes, pero el presidente norteamericano abandonó súbitamente la cumbre, ocupado en el conflicto Irán-Israel, que por cierto sigue escalando. El encuentro con CSP quedó pospuesto, así que nuestra presidenta debió conformarse con una llamada telefónica intrascendente. Quizás sea lo mejor, las relaciones entre ambos gobiernos se tensaron mucho cuando llamó a movilizarse por el impuesto a las remesas, en una de esas Trump la hubiese recibido con la Lista Marco y hasta un infarto le provoca. Que le toquen todos, menos ese son.
