La elección judicial trajo consigo un efecto colateral inesperado; mostrar la profunda división de los grupos internos en Morena. En las alturas del poder (Palenque o Palacio Nacional, da igual) elaboraron sólo dos listas: la de ministros y la de consejeros del Órgano de Control, el instrumento de censura al Poder Judicial. Es lo único que les importa, no necesitan más para administrar la justicia en modo 4T. De ahí hacia abajo, magistrados y jueces se plegarán a las instrucciones superiores y hay de aquel que se crea independiente.
Esa lista, tenga seguridad absoluta, pasará la prueba de las urnas tal y cual fue dictada y, milagro, en ella aparecerá ganadora una de las tres ministras del Bienestar: Lenia Batres, Yasmín Esquivel o Lorretta Ortiz, quien ocupará la presidencia de la nueva Corte. La elección sólo admite el destino diseñado en los sótanos del régimen, ningún nombre no autorizado podrá ingresar al paquete de los ganadores.
Eso está claro y bien instruido, pero los pequeños y mezquinos intereses de los liderazgos medios están chocando, quieren agenciarse las posiciones de magistrados y jueces. Ahí se les hace un batido por que cada grupo ha colocado a sus favoritos en sus acordeones, intentando hacerlos pasar por los “oficiales”. ¿Oficiales de quién?, pues del que pueda y quiera, del que tenga más saliva y trague más pinole.
En el caso de Chihuahua, donde también entran magistrados y jueces del fuero común, la disputa esta entre los tres grupos dominantes: Ariadna Montiel, Cruz Pérez Cuéllar y Andrea Chávez. Los dos primeros representándose a sí mismos, Chávez en representación del corrupto grupo Tabasco.
Si mi nombre estuviese en las boletas, es decir que fuese candidato y entregado al populismo, procuraría quedar apuntado en la lista de los tres. Si tuviese que elegir a dos, entonces rogaría porque Ariadna y Cruz me pusieran en sus acordeones. Y si sólo tengo una opción, sin pensarlo elegiría poner mi nombre en el acordeón de Ariadna Montiel.
La explicación es de cálculo electoral: Chávez no tiene capacidad de operación, es mera estridencia, y Cruz está circunscrito a Ciudad Juárez más pequeñas islas en la entidad. Pero Ariadna opera el ejército electoral del Bienestar en todo el país y en consecuencia en toda la entidad, trabaja con recursos y autorización (ellos si) oficial para hacer y deshacer. Sus acordones son los más cotizados, por mucho.
Entreverados en la disputa interna de los grupos morenistas, están los pequeños intereses del Verde y el PT, también ellos quieren su rebanada de pastel. Sin embargo los votantes son los mismos, no hay más y en esta elección desmotivados y confundidos. El domingo andarán como girasol en día nublado, sin saber que hacer necesitarán un acordeón para entender el acordeón del dedazo. Son boletas ininteligibles, así las diseñaron porque no había de otra, la elección en sí misma es un absurdo.
La oposición no muestra problemas internos, están bien afinaditos. Al interior del PAN los grupos se han disciplinado a la instrucción de Palacio Estatal y el PRI quedó conforme con la cuota asignada. Si venden, regalan o concesionan los espacios asignados es a criterio de los dirigentes tricolores, ellos sabrán que hacer y nadie los cuestionará. Lucha interna no hay, lo que obviamente les ofrece mayores posibilidades de colocar más boletas de sus candidatos favoritos en las urnas.
Lo que suceda al domingo uno de junio nadie puede anticiparlo, pues además existen vasos comunicantes entre el PT, el Verde y Cruz con Palacio. ¿Dónde quedó la bolita?, yo más bien preguntaría ¿hay bolita que ocultar? Si existe no se observa por ninguna parte. La confusión prevalece entre funcionarios del INE e IEE, estrategas electorales, agentes del acarreo y no se diga acarreados. Frente a este despropósito Kafka sería un aprendiz novelando el absurdo.
Rompeolas
Noel Chávez está siendo víctima de un intenso y baratario fuego amigo. En días pasados asistió a un foro convocado por los profes del SNTE, al que también asistieron los senadores cuatroté, Andrea Chávez y Juan Carlos Loera. Noel acudió invitado por Eduardo Zendejas, líder de la sección octava y amigo personal del diputado. Ahí, la senadora Chávez lo cubrió de elogios, sabiendo las consecuencias de sus zalamerías, quería amarrar navajas. Esa circunstancia fue aprovechada por los malquerientes de Noel para grillarlo con la gobernadora Campos. Son más que todo ánimos de mortificar, si alguien ha sido leal al PRI de Alito y a la gobernadora es Noel, pero como sus adversarios internos ven que puede seguir creciendo, tratan de restarle impulso inventando cuentos. Esas grillas tronarán pronto, Noel es de los políticos macizos que saben respetar y cumplir acuerdos.
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Refrescante y echado para adelante la narrativa preelectoral del Alfredo Chávez, coordinador de los diputados panistas en el Congreso local. Hace unos días, a propósito de la humillación de Noroña contra un ciudadano, le mandó un “que chingue a su madre”, tras explicar que llegaron llamándose pueblo y ahora asumen poses de nobleza. Hoy, en evento con Daniela Álvarez, Alfredo levantó la voz para decir que ganarán la elección con autoridad, que el único reducto que tiene Morena en la entidad es Juárez y allá entrarán hasta la cocina. Destaco sus comentarios porque, mientras panistas supuestamente bien pintados adoptan posturas timorantas, el diputado envía un mensaje de seguridad y optimismo, muy necesario para despertar ánimos. Esa narrativa es la que deben mantener todos los liderazgos panistas, con independencia de dónde estén cobrando su cheque quincenal.
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El diputado de Morena, David Ávila, nos ofreció otro ejemplo de la austeridad versión cuatroté. Se compró una casita valuada en cuatro millones de dólares, en la zona más exclusiva de California. Cómo se la compró, le preguntaron. Y el muy fresco respondió “con mis ahorros”, sin mencionar el origen de los mismos. Ahora es vecino de las celebridades y los multimillonarios. No te acabes cuatroté, todavía me falta el yate.