Los días que corren son de Marco Bonilla, edil chihuahuita y favorito para candidato del PAN a gobernador. Los reflectores sobre su persona iniciaron esta mañana en la sesión de cabildo, donde presentó formalmente su tercer informe de labores, por la tarde continuaron en el Teatro de la Ciudad, hasta donde acudió la clase política para escuchar su mensaje, y se prolongaran hasta el día diez, cuando asuma funciones del segundo periodo, previa toma de protesta, otro evento de lucimiento.
Mucho ajetreo para el respetable, a pocos les gusta ir de evento tras evento con la tarea de cumplir. Pero Bonilla estará en su ambiente, disfruta de los reflectores como todo buen político que sabe manejar el escenario, más seguro de que su trabajo administrativo y electoral lo respalda; Chihuahua fue la única capital estatal del país donde la Alianza ganó todo: presidencia de la República, senadores, diputados federales, diputados locales, síndico y desde luego la Presidencia Municipal. Marco tiene motivos para estar satisfecho.
Empresarios, ex gobernadores, expresidentes municipales, líderes políticos de diferentes partidos, rectores, diputados, todos han reconocido la eficiente labor del edil en público. No puede ser de otra manera, su trabajo habla por él: ha mejorado sustantivamente la infraestructura vial, con obras en diferentes zonas de la Ciudad, la seguridad es aceptable conforme a los estándares nacionales, su relación con los grupos sociales excelente, los programas municipales y de servicio no tienen queja, está entre los ediles mejor evaluados del país ¿qué mas puede pedir al cierre de una administración y apertura de otra?.
A Marco le sonríe la fortuna política, pero su aspiración, como la de todo presidente de municipio importante, es llegar a la gubernatura. En ese camino también avanza sin titubeos, es el mejor posicionado del PAN, la clase política lo tiene como favorito, es reconocido por empresarios y por la Iglesia, la gobernadora le ha dicho “suéltate”. No hay sombras que oscurezcan su horizonte.
Pero la política es caprichosa, está frente al mayor reto de su vida y en consecuencia necesita redoblar esfuerzos en esta segunda parte. Lo primero es asumir que la mejor precampaña es su trabajo en la Ciudad, tarea que otros ediles han descuidado por “salir a placearse” fuera de los municipios que gobiernan. Hay que salir, si, pero nunca descuidar o poner en segundo plano los trabajos sustantivos de la Ciudad.
Empezó el segundo periodo aprovechando bien sus días, mañana platico sobre los asistentes al tercer informe, un dato relevante que siempre admite lecturas interesantes. Felicidades al edil Bonilla, está aprovechando la oportunidad que le trajo la política.
Rompeolas
Santiago de la Peña volvió a la Sala de Cabildo, ahora como secretario general de gobierno y en representación de la gobernadora Maru Campos, para el informe oficial de Marco Bonilla. Estar en el histórico salón y frente a la mesa en la que presidió tantas reuniones seguro le trajo buenos recuerdos, sintiéndose como en casa. Estuvo ahí en dos administraciones diferentes, la del priista Javier Garfio y la del panista Marco Bonilla. Ha crecido mucho Santiago de la Peña, ahora puede decirse que es uno de los mejores activos del actual gobierno.
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A menos que Maru sorprenda con una decisión fuera de la caja, las posibilidades de que Daniela Álvarez sea presidenta del PAN estatal están canceladas. Promoverla sería un mal calculo político, luego del papelón lamentable que hizo en Ciudad Juárez. Le pasaron encima sin meter las manos. Mala señal sería ir con una perdedora a las próximas elecciones. Quedan Margarita Alvidrez y Geo Bujanda, Maru decidirá quien o ya lo tiene decidido, solo espera los tiempos para soltar el nombre. La gobernadora recibe las presiones habituales del Dhiac. pero en sentido estricto no hay quien discuta su liderazgo al interior del PAN.
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Con admirable indiferencia, este martes los mexicanos presenciamos las últimas puñaladas al corazón de la República, dejándola en modo agónico. Septiembre debe ser un mes de luto nacional, la naciente democracia mexicana muere frente a nuestros ojos, asesinada por demagogos rencorosos que prometieron rescatar al país de la miseria, combatir la corrupción y restaurar la seguridad pública. En vez de cumplir sus promesas campañeras se ocuparon en destruir la Constitución, instalando un régimen autocrático inspirado en las ideologías populistas que destrozaron la vida de millones en países hermanos. Nos lleva a Venezuela y con cinismo burlón dice que estamos en Dinamarca.
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Cuando lo López Obrador lo tenía congelado, Ricardo Monreal presumía con aire de académico su doctorado en Derecho, declarando con petulancia su respeto por las leyes y los juzgadores. Recibido el fuero y de nuevo aceptado por el tlatoani es el más abyecto y cínico de sus devotos, encabezando la ofensiva contra la Corte a la que antes dijo respetar. Y pensar que en algún momento creí en este vulgar porro disfrazado de académico. Son los mejores exponentes de la 4T; corruptos compulsivos e hipócritas desvergonzados babeantes por migajas del poder.
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En la Venezuela del castro-chavismo, los dictadores no sólo son dueños del reloj (“Qué hora es?, las que usted diga, su majestad”) también del calendario. Por decreto del bufón Maduro, la Navidad venezolana iniciará el uno de octubre, en agradecimiento a que votaron por él. Suato, cínico, burlón. Hay que reconocerlo, nos llevan un paso en la dictadura populista, pero hacia allá vamos, esfuerzados en ponernos a la par.
