*El PRi de las siglas y el otro PRI
*¿Cuánto vale uno, cuánto el otro?
En las negociaciones políticas del momento para firmar la Alianza, existe una duda razonable que se mueve de un lado hacia otro de la mesa; ¿Quién tiene más valor electoral, el PRI de las siglas o el otro PRI, es decir los activos marginados por la dirigencia enconchada en sí misma?. Es una pregunta en la que analistas del gobierno local tienen diferencias puntuales, pero los negociadores autorizados intuyen que necesitan a los dos.
Es complicado dar un valor al PRI de las siglas, porque ahí mismo existe una variable difícil de interpretar correctamente, los presidentes municipales. ¿A cuál de los dos PRI pertenecen o tendríamos que ubicarlos por separado?. En apariencia la respuesta es obvia, a quien los postula. Pero la realidad es que los presidentes están con ellos mismos, ven por su interés personalísimo. Antes la subordinación a la dirigencia del Partido los ataba fuertemente, hoy si les conviene pues si no salen corriendo a Morena, MC, PAN o las siglas que decidan darles la candidatura que buscan.
Sin los presidentes municipales, el PRI de las siglas no alcanzaría ni el registro, creo que ni el uno por ciento de los votos. Con el asterisco de los presidentes pondría su valor entre el siete, la votación de Graciela Ortiz en la elección a gobernador, y el diez por ciento. Tanto alcaldes como diputados superaron la votación de la candidata.
Un diez por ciento es mucho considerando el contexto general de la política, son una fuerza a considerar por las 26 presidencias municipales y los liderazgos regionales con presencia objetiva. Despreciarlos o pensar que sin ellos pueden ganar la elección estatal es un error, tanto pensando en el 2024 como futureando hacia el 2027.
La importancia electoral del otro PRI es más difícil de valorar. No reside en estructuras, sindicatos u organizaciones que proporcionen una idea cierta, está en liderazgos políticos y sociales entre los que tienen mayor visibilidad los tres gobernadores presentables; Baeza, Patricio, Reyes.
Los “ex” son quienes más se ven, pero no son los únicos, el otro PRI agrupa -contradicción- de manera dispersa decenas de activos experimentados sinceramente opuestos al populismo autoritario. Todos tienen sus áreas de influencia, generan opinión en mesas de café, son respetados en sus comunidades. Sin actuar coordinadamente, hacen tendencia. Podría citar de memoria 20 nombres, me abstengo para evitar polémicas. Son muy conocidos.
En la elección a gobernador de Maru Campos pesó mucho más el abierto pronunciamiento de Fernando Baeza, que la tardía declinación de Graciela Ortiz. De hecho, cuando la entonces candidata del PRI declinó al fin, el grueso del voto priista ya estaba direccionado hacia la candidata del PAN. Sobran los observadores imparciales convencidos de que la declinación de Graciela no movió ningún voto hacia el PAN, ya los había movido la realidad electoral.
Este priismo experimentado y, digámoslo así, con menos negativos que el impresentable alito y muchos de los que secuestraron las siglas del viejo partido, está negociando directamente su incorporación a la campaña de Xóchitl Gálvez. No irían necesariamente de candidatos, lo hacen convencidos de frenar el autoritarismo y confiados en que ganando la popular senadora tendrían una chance de regresar a la política.
Marko Cortés, los gobernadores, entre ellos Maru Campos, y los altos liderazgos del PAN entienden la importancia social del otro PRI y el costo social de ir aliados con un truhan como alito. ¿Fue una visita de cortesía la que Reyes Baeza hizo a la gobernadora Campos la semana pasada?. Por supuesto que no, lo tienen medido y saben que podría aportar electoralmente. ¿Lo dejaría pasar la dirigencia del PRI siglado? Jamás, pero si Maru considera necesaria su presencia lo tomará en cuenta, sin pedirle permiso a nadie. No veo a Reyes de candidato a senador, menciono el hecho porque las encuestas del PAN lo presentan como una opción interesante.
Sin embargo el PRI que firmará los acuerdos de Alianza total, porque así será, es el PRI de Graciela Ortiz y Alejandro Domínguez, sin cuya firma no hay acuerdo. Una recomendación oficiosa, no se pongan muy exquisitos, es de la mayor importancia que vayan juntos, es también lo que desean los presidentes municipales de su partido, los que buscan nuevos cargos de elección y del interés legítimo de la sociedad que dicen representar. Estiran la liga y podría sucederles lo que a Memo Marquez en la pasada elección a gobernador.
Llegó el buen Memo con una carpeta bajo el sobaco a la coordinadora de Maru Campos y, seguro de si, ofreció los votos del PRI. Aquí traigo 200 mil votos ¿los quieren? preguntó con tono de quien trae la sartén por el mango. Por supuesto, de eso pedimos nuestra limosna. Vamos viendo. Claro, estos son los de Santa Eulalia, acá están los de Guachochi, en esta otra carpeta los de Guadalupe y Calvo y así desplegó carpeta tras carpeta. Espera, vamos por partes. Todos esos ya los tenemos, los fuimos negociando por separado ¿No les avisaron sus candidatos?. Necesitamos saber cuántos traes tu. ejem, ejem, ejem. Bueno es que son votos del PRI que nosotros…, Si, pero ya los tenemos ¿traes otros diferentes?. La negociación terminó antes de iniciar.
Las siglas tienen dueño, el priismo no. El PRI de la institucionalidad legendaria murió al otro día de que perdieron el poder y toda esperanza de recuperarlo. Ahora cada uno ve por sí mismo, si le conviene va, si no le busca.
