Fracaso del Tren Maya: irresponsable obstinación de López Obrador. Nuevo embajador Ronald Johnson: claro mensaje de EE.UU. a México.
Recientemente, el director del Tren Maya, Óscar David Lozano Águila, ha dicho que el tren no será rentable antes del año 2030 y que para lograr dicha condición se requiere construir un tren de carga, cuyos ingresos permitan dar viabilidad a la operación del tren de pasajeros. Quizá el Tren Maya no será rentable tampoco antes de 2040, ni de 2050, y tal vez jamás lo será. Las declaraciones del general Lozano Águila parecen ser una especie de explicación exculpatoria para justificar el fracaso de la colosal pero inútil obra en la que se empeñó a ultranza el expresidente de México, Andrés Manuel López Obrador, y a la que, pese a todo, la actual presidenta, Claudia Sheinbaum, está dispuesta a seguir destinando inversiones millonarias, que jamás serán recuperadas. López Obrador se obstinó y realizó el Tren Maya, no obstante las diversas críticas de grupos ecologistas que señalaron el enorme daño ambiental que se causó a la selva. La controversial obra también fue objeto de cuestionamientos de tipo técnico, que indicaban lo inapropiado del terreno sobre el que se instalarían las ferrovías. Sin embargo, nada detuvo al autoritarismo de López Obrador. Hoy todo el mundo sabe que los cientos de miles de millones de pesos gastados en ese despilfarro caprichoso, no generaron provecho alguno para nuestro país.
La declaración del funcionario Lozano es una más de la serie de argumentaciones que acostumbran dar los gobiernos de Morena, para salir al paso de situaciones embarazosas en las que queda en evidencia su incapacidad administrativa y el consecuente derroche de recursos públicos que de manera irresponsable han hecho. El Tren Maya, la Refinería Olmeca de “Dos Bocas” y el “Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles” (AIFA), son ejemplos del caprichoso modo de gobernar tan característico en el expresidente Andrés Manuel López Obrador, quien, “por sus pistolas”, hacía lo que le venía en gana, sin entender ni atender razones. Hoy, los hechos confirman lo perjudicial que resulta tener como presidente a un individuo irresponsable y obstinado: las 3 obras mencionadas resultaron con sobreprecios mucho mayores de lo originalmente presupuestado, y no han dado los resultados esperados, y quizá nunca los darán. Veamos y digamos las cosas como son: Morena no es la esperanza de México.
La llegada de Ronald Johnson, como embajador de Estados Unidos en México, es un mensaje claro del estado en que se encuentra nuestra relación con el vecino país del norte. Estados Unidos hoy ve con fundada desconfianza a nuestro país, pues durante el sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador, éste prácticamente rompió los acuerdos y cánones de colaboración que en materia de seguridad históricamente habíamos venido sosteniendo con los gobiernos estadounidenses. En el primer periodo de gobierno de Donald Trump, la colaboración mexicana se mantuvo relativamente bien, porque el presidente estadounidense forzó a López Obrador a actuar para contener el flujo de migrantes hacia EE.UU., sin embargo, el mandatario mexicano nunca atendió de manera adecuada el problema de inseguridad interna en México, ya que la toleró a través de su cuestionada política de “Abrazos y no balazos”. La negligencia de López Obrador fue más notoria durante el mandato presidencial de Joe Biden, ya que a diferencia de su antecesor Trump, el demócrata fue menos rígido hacia su homólogo mexicano. No obstante la postura relativamente “débil” de Biden frente a AMLO, las cosas cambiaron al final de las administraciones de ambos, cuando, sin previo permiso o aviso, el gobierno de Estados Unidos desplegó en forma impecable un operativo con alto nivel de inteligencia y logística, con el que logró capturar y trasladar a territorio estadounidense al líder histórico del Cartel de Sinaloa, Ismael “El Mayo” Zambada.
López Obrador, indignado, reclamó al gobierno del país vecino el hecho de que no le haya avisado y no lo haya tomado en cuenta. Efectivamente, los norteamericanos ignoraron a López Obrador y no le dijeron ni media palabra sobre el operativo, porque conocen al tabasqueño y saben que no tiene palabra de honor. ¿Si Biden hubiera informado su plan a López Obrador, el operativo habría tenido el éxito alcanzado? Es posible que la respuesta sea: ¡No!. Hoy, con Donald Trump de nuevo al frente de la Casa Blanca, continúa la desconfianza de Estados Unidos hacia México, pues tanto republicanos como demócratas conocen a López Obrador y a su discípula y sucesora, la actual presidenta Claudia Sheinbaum, y saben que sólo actúan bajo presión, y que, a veces, la honestidad no es lo suyo. Por todo ello, el hecho de que el embajador Ronald Johnson sea ex militar y ex agente de la CIA, lleva implícito un evidente mensaje para México: si no colaboras conmigo… te investigaré, recabaré la información que requiero,… y actuaré en defensa de la seguridad de mi país, y los intereses de mis conciudadanos.
Miembro de la Asociación de Editorialistas de Chihuahua, A.C.