“Quien controla el presente, controla
el pasado y, quien controla
el pasado, controlará el futuro”:
ORWELL
En épocas recientes de una grave epidemia de Covid y del resurgimiento de brotes contagiosos de enfermedades que ya se habían erradicado, han ido quedando rezagos, pero de virus mentales para lo cual no se ven vacunas mentales efectivas.
Hay parásitos de la mente, dice Axel Kaiser[i] que están compuestos por “patrones de pensamiento, sistemas de creencias y actitudes que impiden pensar con claridad y precisión” a partir de que una idea que se apodera del cerebro es casi imposible erradicarla. Por esa razón, existe una batalla de ideas o cultural por ir depositando nuevos lenguajes, palabras y conceptos que no coinciden con principios y patrimonios ejercidos por otras generaciones.
Tal vez, esto podría explicar un poco los fanatismos o radicalismos que se siguen extendiendo por todo el planeta como verdaderos virus, convertidos en dogmas ideológicos que atropellan al sentido común y la razón.
Y sostiene que Occidente está sufriendo una pandemia que impide a quienes se encuentran afectados pensar racionalmente. Por esa razón los cambios bruscos o diametralmente opuestos que ocasionan confusión mental en los símbolos y significados. Ahora lo blanco es negro, lo negro es blanco, lo falso es cierto, lo verdadero es falso o simplemente es lo que cada uno quiera asignarle o ignorarlo. A la verdad ya la llaman posverdad, que es una falsa verdad o verdad personal acomodada a cada uno, como si se tratara de ropa al gusto que se cambia cada día.
Y una de las principales razones son las redes sociales que han disparado a la máxima potencia su capacidad de reproducir, a mil por hora, lo que ahora llamamos viralizar -de virus- donde cada consumidor de contenidos o mensajes es al mismo tiempo productor de mensajes y contenidos que genera un tráfico enloquecedor de hiperconexión y congestionamiento en las redes sociales.
Una muestra es la opinocracia o poder de las opiniones. Las opiniones, racionales o irracionales, lógicas o absurdas se han apoderado de las redes creando una devoción desmesurada. Todos opinan de todo, lo que ha restado seriedad y confianza.
El filósofo español José Antonio Marina, en una expresión valiente y sujeto a ser motivo de ataques de los opinólogos digitales dijo que “no todas las opiniones son respetables, sino lo que es respetable es el derecho a exponer tu opinión sin que haya una inquisición”. La base de su “opinión” es que la respetabilidad de una opinión no puede desligarse de su contenido porque “puede haber opiniones estúpidas, blasfemas, injustas o racistas”.
Esta postura es ante la tendencia contemporánea de considerar que todas las opiniones tienen el mismo valor, independientemente de su fundamento. Para él, esta postura representa una “abdicación del sentido crítico” y una renuncia al esfuerzo intelectual que implica argumentar y justificar lo que se piensa. Para opinar sobre un tema, mínimo es estar enterado, haber indagado y que tenga lógica. Lo otro es hablar por hablar, apelando a “mi derecho” a opinar de todo y de nada.
Él mismo considera que cada vez estamos más conectados y menos comunicados y en su última obra titulada “La vacuna contra la insensatez”[ii] busca el remedio para luchar contra “virus mentales” que pueden atacar nuestra inteligencia[iii].
En esa obra establece que padecemos de un síndrome de inmunodeficiencia social que nos incapacita para identificar los patógenos y para producir anticuerpos para anularlos como la tolerancia a la violencia, a la corrupción, a la bipolarización feroz.
Se han ido actualizando vacunas contra el Covid, se han retrasado otras o se dejaron de aplicar por decisiones gubernamentales irresponsables ocasionando víctimas de un virus mental, pero estamos indefensos y vulnerables del virus de la indiferencia, de la apatía y el desinterés. No producimos anticuerpos contra la violencia y al contrario, la contagiamos, promovemos y todavía festejamos posturas y “opiniones” han absurdas como la del grupo Los Alegres del Barranco que después de haber cantado a lideres del crimen organizado desplegando fotos tamaño mural, argumentan que están atentando contra su “libertad de expresión”, lo que significa que aún no comprenden el término apología del crimen.
Justamente en el pasado Día Mundial de la Libertad de Prensa, la UNESCO advirtió que la inteligencia artificial está reconfigurando y amenazando al periodismo por la sobreabundancia de basura digital, compuesta por falsas noticias, opiniones extravagantes y fanatismos diseñada para engañar algoritmos y reemplazar el criterio humano.
Lo que podría ser una revolución creativa, ha tenido serias desviaciones y a esa nueva plaga digital se le conoce como AI slop (un término que puede traducirse como “bazofia”, “basura” o “papilla de Inteligencia Artificial -IA-). La Inteligencia Artificial, según Andrés Martínez[iv] hace lo mismo con algoritmos, publicando miles de videos, imágenes y textos cada día, probando incansablemente qué logra captar su atención. No importa si el contenido es absurdo, grotesco o incoherente: si engancha al algoritmo, funciona.
Eso significa que el objetivo ya no es informar o emocionar, sino ser clasificado como relevante, distribuido y, con suerte, viralizado por una máquina. Por eso, el gran riesgo para el periodismo es que la producción editorial quede en manos de una inteligencia artificial.
Esto da la razón al filósofo Marina de que cualquier opinión no necesariamente debe ser respetable, debido a que existe un ecosistema, según Andrés Martínez, que premia cualquier cosa (u opinión) siempre y cuando genere clics, sin importar su calidad. Este ecosistema no está diseñado para informar, sino para llenar espacios, acumular like e indexar palabras. El filósofo español dijo que esto es algo más que desinformación, algo más que turbio, es un “texto vago, lleno de palabras de moda, sin un mensaje claro” que no miente del todo, pero tampoco dice nada.
Eso fue parte de la advertencia del Día Mundial de la Libertad de Prensa, del virus mental que ha contagiado a medio mundo, de que la inteligencia artificial no solo reemplaza a redacciones completas, también empieza a aparecer, disfrazada de fuente, en una nueva especie de notas que se multiplican cada semana en medios grandes y pequeños: los famoso artículos “según la IA”.
Por ejemplo, ya abundan informaciones de “los mejores lugares para vivir según la inteligencia artificial”, “las canciones mejores para reconciliarte con tu pareja, según la IA”, o “las mejores frases para conquistar a una mujer, según la IA”. Por supuesto, que nunca citan una fuente, ni especialistas o expertos consultados. ¿Quién visitó esos lugares?, ¿cuántas parejas se reconciliaron con las canciones recomendadas? O ¿quiénes tuvieron éxito con las supuestas frases conquistadoras?
Sin embargo, se considera información privilegiada “generada con inteligencia artificial” y luego la compartimos, reproducimos, presumimos y adquirimos un virus mental más. Y no se trata de repetir, adquirir como opinión porque el ser humano tiene la capacidad de relacionar, analizar, contrastar y explicar lo que una máquina no lo hará.
¿Cuáles serán las vacunas mentales efectivas para iniciar una campaña de vacunación mental?
El francés Voltaire (1694-1778), uno de los principales representantes de la Ilustración mencionó que cuando el fanatismo ha gangrenado el cerebro, la enfermedad es incurable.
Ahora, los virus mentales se están apoderando del cerebro. No estamos inoculados contra las nuevas enfermedades del alma como la soledad, la ansiedad y la depresión. Los casos crecientes de suicidios son muestra de ello y los algoritmos en las redes sociales, las adicciones digitales y la dependencia a la tecnología nos mantienen a punto del colapso humano. Son virus de ficciones, de relatos falsos por redes sociales, pero que no nos desprendemos de las ultimas falsas noticias.
2 MARINA, José Antonio (2025) La vacuna contra la insensatez. Tratado de inmunología mental, editorial Ariel, España
3 ASAL, Pablo (2025), Que Elon Musk exprese su miedo por la inteligencia artificial es una brillante tomadura de pelo, Digital de lecturas.
4 MARTINEZ Zalamea, Andrés (2025) AI Slop: cuando el algoritmo es el público y la basura la noticia, Fundación Gabo, https://fundaciongabo.org/es/etica-periodistica/noticias/ai-slop-cuando-el-algoritmo-es-el-publico-y-la-basura-la-noticia
[i] KAISER, Axel (2025) Parásitos mentales, editorial Ariel, México
[ii] MARINA, José Antonio (2025) La vacuna contra la insensatez. Tratado de inmunología mental, editorial Ariel, España
[iii] CASAL, Pablo (2025), Que Elon Musk exprese su miedo por la inteligencia artificial es una brillante tomadura de pelo, Digital de lecturas.
[iv] MARTINEZ Zalamea, Andrés (2025) AI Slop: cuando el algoritmo es el público y la basura la noticia, Fundación Gabo, https://fundaciongabo.org/es/etica-periodistica/noticias/ai-slop-cuando-el-algoritmo-es-el-publico-y-la-basura-la-noticia
