Roberto Rodríguez, residente de Socorro, ofrece productos en buen estado afuera de su casa los fines de semana
Jaime Torres / El Diario de El Paso
Socorro— La crisis económica por la que atraviesan miles de familias en la región fronteriza ha hecho que muchas de ellas desarrollen su creatividad en la búsqueda de nuevas alternativas laborales para enfrentar con liquidez los gastos del mes, una de estas actividades son las llamadas y tradicionales ‘ventas de garaje’ o ‘yard sales’, las cuales abundan por toda la ciudad.
Y aunque en muchas ciudades de Estados Unidos los gobiernos locales han intentado frenar o limitar la abundancia de estos centros de negocios familiares donde se practica la economía informal o subterránea, lo cierto es que al menos en el Condado de El Paso han sido tolerantes en las inspecciones.
Roberto Rodríguez, de 68 años de edad, es uno de estos hombres que con frecuencia levanta su puesto fuera de su casa para ofrecer todo tipo de artículos que ya no utiliza pero que se encuentran en buen estado.
“Me veo en la necesidad de ofrecer mi mercancía a los clientes que pasan por esta calle y de esta manera sacar un dinerito extra”, dijo el originario de Juárez, pero con más de 20 años de residencia en Estados Unidos.
Vecino de la ciudad de Socorro, don Roberto, manifiesta que durante su época laboral productiva no tuvo buenos trabajos ni ingresos por lo que a la hora de jubilarse su pensión del Seguro Social fue raquítica e insuficiente para mantener el hogar.
Expresó que al paso de los años y viendo que cada vez su garaje se iba llenando de objetos en buen estado pero que ya no utilizaba, se decidió por organizar una venta de garaje para irse deshaciendo de lo que en realidad ya no utilizaba.
“Ese pobre almacén se suponía que lo había puesto para poner mi herramienta para uso personal y doméstico, pero pues sólo quedó en suposición porque me fui llenando de ‘cachivaches’ por lo que decidí venderlos poco a poco.
Indicó que por fortuna su familia, por parte de su esposa, al ver que se dedicaba a la venta de artículos usados poco a poco le fue llevando mercancía que ellos tampoco utilizaban pero que estaban en buenas condiciones.
“Yo les agradezco a ellos porque eso me ha dado la oportunidad de ‘alivianarme’ un poco como decimos los juarenses y sacar un poco más de dinerito al tener más variedad de artículos.
Ropa, calzado, electrodomésticos, electrónicos, carriolas, antigüedades, peluches, son entre otras las mercancías que ofrece cada fin de semana a los amantes de andar ‘chachareando’ y comprar artículos de segunda mano en buenas condiciones y sobre todo a un precio superbajo.
“A mí me gusta recorrer las calles cada fin de semana en busca de las casas que tienen ventas de garaje. Aquí encuentro de todo y un buen precio”, dijo Graciela, mientras revisaba la mesa llena de artículos de segunda mano.
Manifestó que con frecuencia encuentra mercancías casi nuevas por menos de 10 dólares cuando en la tiendas esos mismos artículos pudieran costar hasta 50 dólares.
Ella, como muchas otras personas, afirma que el comprar en este tipo de puestos de calle es ser una compradora inteligente, aunque reconoció que pudiera existir un riesgo, al referirse a los electrónicos, al dejar de funcionar al poco tiempo. “Es un riesgo pero vale la pena, al final la pérdida es muy poca”.
“En lo personal a mí no me gusta engañar a la gente y venderles algo que yo sé que no funciona. Y un buen consejo que siempre le doy a la gente es: vendan lo que ya no les sirva no lo que no sirve”, apuntó luego de atender a una de sus clientes.
Para el padre de cuatro hijos, dos mujeres y dos varones, todos profesionistas e independientes, esta actividad le ha permitido complementar el gasto semanal desde su casa mientras su esposa Juanita atiende los quehaceres domésticos.
“Aquí uno encuentra lo que muchas veces no hay en las tiendas. Con frecuencia me topo con cosas interesantes y divertidas casi regaladas”, dijo otra de las clientes de don Roberto que acostumbra recorrer el bulevar Horizon, a la altura de North Loop y la autopista I-10.
El ahora ciudadano naturalizado y quien vivió varios años en Los Angeles, California, recomienda a las amas de casa deshacerse de esas cosas que ya no utilizan para cumplir dos cosas: desocupar espacios que durante años han estado llenos y sobre todo obtener un dinero extra.
“Yo les aconsejo que si tienen tiliches que ya no usen que los vendan porque a muchas otras personas sí les van a ser de utilidad. No sé si es legal o no, pero yo lo hago felizmente y me ayuda mucho”, dijo mientras se acomodaba el sombrero para protegerse de los incandescentes rayos del sol y lucía su camiseta de color rojo con la leyenda ‘Mexican Squad’ con tres dibujos representativos de su país que hacen una combinación perfecta para refrescarse en el verano: cerveza, sal y limón.