Ante la reciente muerte del papa Francisco (Jorge Mario Bergoglio), la Iglesia Católica ha relizado el protocolo sucesorio para elegir al nuevo papa, el llamado sucesor de San Pedro y, por supuesto, también del difunto Francisco. Dicho protocolo, conocido con el nombre de cónclave, y su desenlace, han sido durante los últimos días los hechos noticiosos más difundidos por los medios de comunicación en el mundo. El cónclave, palabra derivada del latín “cum clave”, que significa “con llave” o “bajo llave”, es el cuidadoso proceso de elección papal que en su sede principal (El Vaticano), la Iglesia Católica sigue con rigurosa disciplina para designar papa cada vez que por renuncia, enfermedad o muerte, de un Sumo Pontífice, se requiere nombrar a una nueva figura que encabece y represente al catolicismo ante el mundo. El cónclave es, en síntesis, tal como lo define el diccionario de la lengua española: la junta de los cardenales de la Iglesia Católica, reunida para elegir papa. En este encuentro participan más de 130 cardenales, de todos los continentes.
“Habemus papam”, que significa: Tenemos papa, es la frase en latín que suele usarse para informar de manera oficial a la comunidad internacional que el cónclave cardenalicio ha elegido a un nuevo papa. Previo al anuncio, el ritual indica que debe salir humo blanco por la chimenea de la famosísima Capilla Sixtina, donde se realiza el cupular encuentro eleccionario. El humo blanco es la expresión simbólica no verbal, que anuncia al mundo que los cardenales se han puesto de acuerdo, y que han nombrado al nuevo papa. El humo blanco y el anuncio habemus papam ocurrieron el jueves 8 de mayo de 2025, ante el júbilo de millones de católicos de todos los países. Hoy el mundo, y en especial la grey católica, tienen un nuevo papa, y este es Robert Francis Prevost Martínez, con 69 años de edad, de origen estadounidense, y misionero de la orden de San Agustín, cuya trayectoria ha sido significativa en Perú, donde se desempeño por veinte años, llegando a ser obispo de Chiclayo. El nombre oficial adoptado para ejercer su papado, por el papa Prevost, es León XIV. El papa Prevost es hijo de padre francés y madre española.
Los papas son personajes investidos de una personalidad mixta, pues además de ser líderes espirituales tienen una innegable influencia política. Incluso, el Vaticano es considerado formalmente como un Estado más en la comunidad política internacional. La problemática de la iglesia Católica en Europa y el resto de los continentes, así como la incertidumbre que hoy vive el mundo como resultado de varios factores, entre los que se encuentran la guerra de Rusia con Ucrania, los cambios políticos y económicos mundiales que impulsa el presidente de EE. UU., Donald Trump, y el crecimiento de las dictaduras en latinoamérica y otras regiones, necesariamente constituyeron aspectos fundamentales en la decisión de los cardenales, al elegir a su colega Robert Francis Prevost, como nuevo Papa. León XIV es, a partir del 8 de mayo de 2025, una nueva figura en el escenario político internacional.
Durante su primer discurso en público, pronunciado ante miles de fieles en la Plaza de San Pedro, en el Vaticano, el día de su elección, el papa Prevost dijo: “A todos ustedes, hermanos y hermanas de Roma, de Italia y todo el mundo, queremos ser una Iglesia que camina, que siempre busca la paz, que siempre busca la caridad y siempre busca estar cerca de quienes sufren”. Además, un breve fragmanto de su alocución lo pronunció en español, idioma que maneja con perfección, lo que entusiasmó al mundo hispano y latinoamericamo. El papado de León XIV se avisora como una etapa en la que habrá una gran influencia política y teológica sobre el desarrollo de los pueblos, su formación intelectual, académica y, sobre todo, teológica, auguran el comienzo de una nueva era de reconciliación, mediación y respeto a los derechos humanos, impulsada por la Iglesia Católica, en el escenario mundial.
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