En el primer día del cónclave para elegir al sucesor de Francisco, no ha hubo consenso entre los cardenales electores.
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La chimenea instalada en el tejado de la Capilla Sixtina para anunciar la elección del nuevo papa.
Tendremos que esperar al menos este día más para conocer al nuevo papa.
En el primer día del cónclave para elegir al sucesor de Francisco, no hubo consenso entre los cardenales electores, por lo que la emblemática chimenea sobre la Capilla Sixtina ha expulsado, en punto de las 9 de la noche en Roma, una primera fumata que fue de color negro.
La señal que nos indica que se ha elegido al jefe de la Iglesia católica, con el voto de al menos dos tercios del Colegio Cardenalicio, de un total de 133 cardenales electores, es una columna de humo blanco que podría llegar el jueves, en la segunda jornada de votación.
Una nueva oportunidad
A partir hoy jueves, el ritmo de votaciones se intensifica: dos por la mañana y dos por la tarde, hasta un máximo de cuatro al día. Cada votación se realiza en secreto y por escrito.
El número mágico en esta elección será el 89. Ese es el mínimo de votos necesarios para alcanzar los dos tercios exigidos por las normas canónicas y proclamar a un nuevo papa.
Si nadie alcanza esta cifra, se continúa. Si tras tres jornadas completas –es decir, tras nueve votaciones infructuosas– no hay resultado, se permite un día de pausa para oración y reflexión, antes de reanudar con otro ciclo.
Aunque no hay una fecha límite, la mayoría de los participantes coinciden en que el proceso debe ser breve. Muchos creen que el nuevo papa será elegido antes del domingo.
Aunque en elecciones recientes como la de Benedicto XVI o Francisco se alcanzó un consenso en pocos días, no es una garantía. Las reglas permiten seguir votando durante varios días, siempre con pausas estratégicas tras bloques de votaciones sin resultados.