Kristen Stewart estelariza el explosivo e hiperviolento thriller lésbico ‘Amor, Mentiras y Sangre’, dirigido por Rose Glass
Mario Abner Colina/Agencia Reforma
Ciudad de México.- El amor es tan adictivo y destructivo como una inyección de esteroides anabólicos, grita Amor, Mentiras y Sangre (Love Lies Bleeding), hiperviolento thriller lésbico protagonizado por Kristen Stewart e inserto en el mundo del fisicoculturismo.
La provocativa película queer, que sacudió en el pasado Festival de Berlín, se exhibirá desde el jueves al domingo en el Sundance Film Festival CDMX, y el 1 de mayo estrenará oficialmente en las salas mexicanas.
“Mi coescritora (Weronika Tofilska) y yo no queríamos contar el tipo de historia donde el amor lo puede todo y ellas acaban felices, donde todos sus problemas se resolvieron porque se encontraron la una a la otra.
“Claro que puede ocurrir en la realidad, pero hay muchas probabilidades de que no sea el caso. Yo creo que el enamorarte también amplifica la persona que eres. No necesariamente nos vuelve mejores, el amor puede hacer que la gente haga cosas estúpidas, violentas”, dice la cineasta Rose Glass (Saint Maud) en entrevista.
Desde una de las primeras escenas, los ojos de Lou (Stewart), administradora de un gimnasio en Nuevo México, brillan de deseo cuando, entre máquinas y pesas, ve a la fornida Jackie (Katy O’Brian’), quien está de paso en el pueblo.
La meta de ésta, en ese 1989, es un concurso de fisicoculturismo en Las Vegas, pero el alma y el cuerpo de Lou, quien esconde a una fiera dentro de sí, la atropellarán en forma de amor y sexo, de perdición y salvación.
“Kristen es brillante”, destaca Glass sobre su protagonista, reinventada como ícono del cine indie tras su pasado en la saga Crepúsculo. “Fue muy divertido que pudiera trabajar en algo así, como no la habíamos visto antes.
“Pero, de alguna manera, sí se ve como ella dentro de Lou. Amo haber podido hacerla interpretar a esta ruda rompecorazones. Kristen es increíblemente brillante y sutil y encantadora, y tiene humor, todo eso mientras puede mostrar esta fachada ruda de antiheroína”.
Amor, Mentiras y Sangre, admite Glass, juega con clichés para la construcción de ciertos personajes de la trama, pero en cuanto a Lou y Jackie, dispuestas a todo la una por la otra, ofrece una mirada al amor lésbico sin caricaturas.
En esta historia, que transcurre entre besos, sexo y muerte, las mujeres no tienen que salir del clóset, sino que simplemente existen, y su amor, a veces, las hace más fuertes, y otras, las convierte en monstruos.
“No me acerqué al tema queer de manera distinta a la de cualquier otro aspecto del filme”, subraya la realizadora británica.
Amalgama de Thelma y Louise, el cine de los Hermanos Coen y las novelas noir de Jim Thompson, la cinta presenta a varios hombres machistas que pondrán piedras en el camino de la inestable pareja, cuya química explota en pantalla.
Ahí están, por ejemplo, J.J. (Dave Franco), el abusador esposo de la hermana de Lou, y Sr. Lou (Ed Harris), padre de ésta, quien es dueño de un campo de tiro deportivo… tapadera para actividades criminales.
“Juntas (Stewart y O’Brian) son fenomenales. En cuanto a lo de generar química entre ellas, sólo contratamos a Katy dos semanas antes de empezar a rodar.
“Nos costó encontrar a la persona adecuada, alguien con poderío físico y que nos entregara una actuación correcta. Prácticamente no tuvimos tiempo para ensayar. Ellas son, básicamente, intérpretes fantásticas”.
La película es una rareza por muchos aspectos, uno de ellos su mezcla de oscuridad y violencia con episodios surrealistas, que a algunos espectadores ha sacado de la historia y a otros ha fascinado por su exageración.
“Me gusta del cine que es visual y poético, no tienes que ser literal”, justifica Glass. “Pero en esa imaginería surreal, hay cosas motivadas por las emociones o lo psicológico de los personajes. Va a tono con lo que están experimentando y permite a la audiencia estar ahí más con ellas”.
