La serie bélica ‘Masters of the Air’ producida por Steven Spielberg y Tom Hanks está basada en los bombarderos que atacaron a Alemania
Juan Carlos García/ Agencia Reforma
CDMX.- En cada misión que ejecutan durante la Segunda Guerra Mundial, el 100° Grupo de Bombardeo desafía a sus enemigos y la muerte.
Masters of the Air, serie que estrena este viernes en Apple TV+, está basada en el libro de Donald L. Miller sobre el grupo de bombarderos que atacó la Alemania nazi en la década de los cuarenta.
Está protagonizada por Austin Butler (Mayor Gale Cleven), Callum Turner (Mayor John Egan) y Barry Keoghan (Teniente Curtis Biddick), entre otros, y cuenta con Steven Spielberg, Tom Hanks y Gary Goetzman como productores.
“Es una historia que te deja helado por el hecho de ver cómo un grupo de jóvenes idealistas se comprometen, día a día, a morir con tal de cumplir su objetivo, y exteriorizan su enojo o su felicidad a través de su oficio”, contó Butler en una mesa redonda. “Hay que tomar en cuenta las dimensiones de la serie. Cuando recuerdo que Steven Spielberg nos dijo que es la producción más grande en la que ha estado involucrado… es impresionante ¿no?”, añadió Turner.
Esta superproducción de nueve episodios completa una colección de narrativas bélicas, visualizadas por Spielberg, Hanks y Goetzman, que inició con Band of Brothers (2001) y continuó con The Pacific (2010).
“A los tres nos da la sensación de que estamos complementando una narrativa heroica y que se adentra en el pensamiento de los soldados de aquella época, en muchísimos momentos de reflexión y de pensamiento crítico, fueron idealistas y comprometidos, siempre admirables”, apuntó Goetzman.
Por medio de cada episodio, los personajes, como el Sargento Ken Lemmons (Raff Law) y el Mayor Robert Rosenthal (Nate Mann), van descubriendo sus miedos y sus fortalezas.
Cada uno sabe que no tiene garantía de retorno, porque aunque están entrenados para escapar en caso de que una aeronave sufra un ataque directo, también pueden morir por otras razones.
“Me atrajo muchísimo el entendimiento de los jóvenes sobre los riesgos y las consecuencias de sus actos para involucrarme en la historia. Me atrajo que viven de la adrenalina, y que conviven con el miedo”, expresó Keoghan.
A 7 mil 600 metros de altura, con un frío indescriptible y casi privados del oxígeno, los pilotos saben de la delicadeza de las bombas que transportan, y no se sacan de la cabeza que deben destruir lo que puedan del imperio del Tercer Reich.
“Pensamos en el momento de acción y de lo que vemos, en el drama de los ataques, pero cada joven nos hace pensar en las secuencias psicológicas de cada despegue, sin garantía de que haya un aterrizaje seguro. Eso es otro miedo”, comentó Law.
Entre ellos encuentran motivaciones para alentarse, ya que generan una fraternidad inquebrantable que solo se irá fracturando por la ausencia de algunos cuantos.