las primeras preguntas que solemos hacer es normalmente, “¿A qué te dedicas?” o “¿Dónde trabajas?” A veces estas clases de conversaciones nos podrían parecer algo huecas. Sabemos que nuestras ocupaciones no nos definen. Hay mucho más en nosotros que aquello con lo que “nos ganamos la vida.”
Fueron algunos de los conceptos que menciono ayer el Pastor Agustina Morales, en su mensaje dominical desde el pulpito del Centro Evangélico; 1: Saber quién eres. 2 Saber qué haces y 3 Saber a quién perteneces, y uso como base bíblica Daniel. 1:7-9.
Aunque una fiesta o una conferencia no sea el lugar de explorar preguntas más profundas, deseamos saber quiénes somos de manera significativa, ser conocidos por nuestra identidad más profunda, e incluso saber hacia dónde nos dirigimos. Estas aspiraciones van al núcleo de lo que significa ser humanos, de lo que significa ser el ser humano concreto que somos cada uno de nosotros.
Como cristianos, no somos diferentes a los demás en nuestra búsqueda de sentido y de identidad y destino personal. Pero, como cristianos, tenemos a nuestra disposición el testimonio guía de las Escrituras. Es dentro de estas sagradas historias y enseñanzas donde empezamos a desvelar quiénes somos y hacia dónde vamos.