Detrás de esa jovial sonrisa se resguarda una rebeldía de fuego que detona tanto al escuchar un “no”, como ante los embates combativos de cualquier rival en el asfalto.
Es Alegna González, quien logró la mejor participación del atletismo mexicano en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, al culminar en 5º sitio en los 20 km de marcha, pero para ella esta historia es apenas el preludio, pues este no era aún su ciclo olímpico.
“No esperaba que estos fueran mis primeros Juegos Olímpicos, sino hasta París 2024, afortunadamente se dio que en mi primera competencia diera la marca”, comentó la chihuahuense.
En Tokio 2020, Alegna con sus 22 años de edad, superó a rivales como: la Subcampeona Olímpica y Subcampeona Mundial Shijie Qieyang de China que fue 7ª, la Campeona Mundial Jiayu Yang de China que fue 12ª, o la dos veces medallista panamericana Mirna Ortiz de Guatemala que fue 44ª. Alegna fue la mejor representante de América en la competencia que convocó a 58 atletas y mucho lo debe a la preparación que por más de cinco veranos ha hecho al lado del entrenador Ignacio Zamudio, pero también al carácter fuerte que la engrandece ante las grandes.
“El carácter me ha ayudado bastante. En las competencias he podido sacar ese último ‘cachito’ que es mucho mental, porque puedes traer trabajo, pero si no tienes decisión no podrías lograrlo. Este carácter tan duro que tengo me ha ayudado bastante para luchar hasta el último momento”, agregó la atleta quienes Campeona Panamericana Sub-20 y Campeona Mundial Juvenil y Campeona de Copa del Mundo también en categorías menores.
Indómita desde pequeña.
Alegna todavía no afinaba su calidad como marchista, cuando ya tenía definido un carácter indomable. En su natal Ojinaga, Chihuahua (a unas cuadras de la frontera con Texas, Estados Unidos), su tío Ricardo la invitó a participar en su club de atletismo.
Alegna era apenas una niña pero la técnica de la marcha atlética era tan dúctil en su andar, que su tío decidió entrenarla a conciencia. “…y la practiqué a pesar de que no me gustaba en ese momento, pero me di cuenta que en lo técnico tenía ventaja. Yo era muy penosa y la gente se burlaba de mí por el movimiento que hacía…¡me daba mucha vergüenza!”, comentó.
“No quería hacerlo porque la gente que pasaba por la Ciudad Deportiva donde entrenaba me señalaba y se reían a carcajadas ¡me daba mucho coraje y vergüenza! Pero le seguía, fui creciendo y luego me di cuenta que en Ojinaga no tenemos muchos deportistas y claro que se les hacía raro verme, no teníamos muchos conocimientos de esa prueba”, analizó Alegna que paralizó a su tierra natal el pasado 6 de agosto.
Pero en su infancia, entre las áridas tierras del norte de México, Alegna solo miraba hacia el norte. La marcha era un pasatiempo extraescolar, pues su destino apuntaba a la Unión Americana.
“Siempre pensé en estudiar e irme a Estados Unidos en busca de una oportunidad diferente en el área escolar, ese era mi plan desde siempre, porque es lo que la gente hace allá, pero todo cambió a los 16 años”.
Con destino al sur
Mientras González trazaba su camino hacia el norte, la propuesta de cambiar su vida llegó del sur, cuando el ex marchistas, finalista olímpico, Ignacio Zamudio detectó su creciente talento y la invitó a trabajar en el Centro Nacional de Desarrollo de Talentos y Alto Rendimiento (CNAR) al oriente de la Ciudad de México.
“El profe me invitó, hablé con mis mamás, porque a mi abuela también le digo mamá; estaba con ambas les dije que tenía una buena oportunidad de entrenar e irme a la Ciudad de México, pero ¡no sé qué les dije! No les gustó nada, decían que era una ciudad muy grande, muy lejos, y luego yo sola…hubo mucha discusión pero logré convencerlas”, admitió Alegna, que antes de mostrar su carácter en competencia, cuando tenía apenas 16 años de edad, lo enfrentó ante su familia, en busca de cumplir sus sueños en el atletismo.
Lejos de añorar su hogar, para Alegna esta aventura fue crear un nuevo lazo familiar. “Mi entrenador y yo pudimos hacer una muy buena mancuerna; yo no tengo familia en Ciudad de México y su familia se volvió mi segunda familia, y eso ayudó en lo deportivo. Logramos hacer esta mancuerna”, comparte la deportista.
Alegna y Zamudio trabajan para llegar a París 2024 con más preparación y más aprendizajes acumulados en el asfalto, con más convicción de superar al crono, como a la rival con más medallas o a quien se acerque con deseo de acelerar el paso de cada kilómetro, gracias a una preparación exigente y a un carácter rebelde que encuentra en cada reto una motivación para hacerse más fuerte.
Heraldo de México.