PRIMER ACTO.-
HIDALGO ANTE LA IGLESIA.
Copyright©️2015 POR ARMANDO ORTEGA MATA. DERECHOS DE REPRODUCCIÓN Y ESCENIFICACIÓN RESERVADOS POR EL AUTOR.
De la Obra de Teatro
“Don Miguel Hidalgo Padre de la Patria”.
En EL MES DE HIDALGO Y TORIBIO ORTEGA, JULIO 2022.
PERSONAJES:
MIGUEL HIDALGO, prisionero.
MELCHOR GUASPE, carcelero.
MIGUEL ORTEGA, ayudante del carcelero.
FRAY FRANCISCO FERNÁNDEZ VALENTIN, cura de la Villa de Chihuahua y representante del obispo de Durango.
OOOOOOOOOOOOOO OOOOOOOOOOOOOOOO
VOCES DE OTROS PRISIONEROS. (Frases sueltas,,, incomprensibles…)
(Abril de 1811. El cura Miguel Hidalgo y Costilla en su celda en el Hospital Real de la Villa de Chihuahua. Se unta una pomada en sus tobillos y ata sus vendas. El carcelero Melchor Guaspe a su lado. Retira vasija de agua y jabón. Hidalgo seca sus tobillos y entrega toalla a Melchor).
MELCHOR.- Ahora sí padre, se pone estas hojas de perejil mezcladas con extracto de árnica y en unos días desaparecerán las huellas de sus cadenas. Un mes de caminata encadenado le ha dejado la piel en ruinas.
HIDALGO.- Gracias Melchor, a mi edad la piel ya es muy frágil y no se recupera tan pronto de las heridas. Ya el 8 de mayo cumplo 58. ¿Cómo están las cosas allá afuera Melchor?.
MELCHOR.- Chihuahua sigue muy quieta. El hospital y el centro de la villa están convertidos en prisión. Mucha vigilancia. Nadie dice lo que piensa. La gente habla en voz baja, y no con cualquiera, por el temor de una denuncia ante el Santo Oficio. Las pocas noticias que llegan es que siguen los levantamientos en todas las provincias de la Nueva España. En el sur hay otro padrecito que no han podido agarrar.
HIDALGO.- Ha de ser José María Morelos, mi ex alumno del seminario en el Colegio de San Nicolás. No me equivoqué al nombrarlo jefe de las Fuerzas del Sur…
(Se acerca el cabo Miguel Ortega cargando una bandeja con jarra, dos tazas y tres piezas de pan)
ORTEGA.- Padre, le traigo el chocolate que le gusta, hecho con pura pasta de cacao de Oaxaca y muy poca azúcar, y también unas semitas…
(Miguel Ortega sirve bien una de las tazas y un poco de chocolate en la otra taza. Mientras se empina la segunda taza dice…)
ORTEGA.- Se lo preparé yo mismo. Y mi mujer hizo las semitas.
HIDALGO.- Sus atenciones alivian mis dolores, amigos míos.
ORTEGA.- Hace un rato llegó el Padre Francisco Fernández Valentín, comisario del Santo Oficio, y enviado por el obispo de Durango. Quiere hablar con usted. Le dije que me diera unos minutos para que entrara a verlo. No trae a su secretario, así que no parece que venga a tomar alguna declaración.
HIDALGO.- No lo haga esperar más, que los ministros de Dios deben tener prioridad.
(El cabo Ortega se retira. Melchor Guaspe se alista para retirarse. Se escucha un grito, proveniente de celdas adyacentes…)
VOZ 1.- ¿Quién al gachupín humilla?
OTRAS VOCES.- (Responden) Miguel Hidalgo y Costilla.
VOZ 1.- ¿Quién al más pobre defiende?
OTRAS VOCES.- Ese es Don Ignacio Allende.
VOZ 1.- De la nación mexicana, ¿quién la libertad reclama?
VOCES.- El capitán Juan Aldama.
TODOS JUNTOS.-
Criollos, indios y mestizos
Esta es la voz que los llama
Y para más adelante
Todos están de tu parte
Hidalgo, Allende y Aldama
La libertad de los indios
La libertad de las castas
Es la libertad de todos
La salvación de la patria
Defienden nuestro futuro
Hidalgo, Allende y Aldama!
(Melchor les hace señas con ambas manos, de que le bajen).
MELCHOR (A Hidalgo en voz baja).- Ahí viene el inquisidor.
(El cabo Ortega lleva a Fray Francisco Valentín frente a las rejas de Hidalgo y se retira, con Melchor).
FRANCISCO (Con un montón de papeles en la mano).- ¿Tengo que llamarle Padre, aunque esté excomulgado? Le pregunto al más grande teólogo de la Nueva España.
HIDALGO.- Miguel es suficiente Padre Francisco.
FRANCISCO.- Don Miguel, me he pasado una semana estudiando los archivos del Tribunal del Santo Oficio y también los escritos, proclamas y leyes que usted publicó en Guanajuato, Valladolid y Guadalajara (levanta el montón de papeles y documentos a la altura de su cabeza), y todavía no entiendo ni puedo justificar que un ministro de Dios se haya sublevado en contra del rey que más ha protegido a nuestra Santa Madre Iglesia.
Y no puedo aceptar que una persona como usted haya sido capaz de declarar la libertad de los esclavos, privando con esto de la propiedad a los ciudadanos del reino.
Hay testimonios de que usted se ha dedicado a leer libros prohibidos por el Santo Tribunal. Que se ha dejado influir por los enciclopedistas y la Revolución Francesa y que quiere imitar la rebelión de las colonias americanas del Norte.
Quienes le conocen han dicho a los comisarios y fiscales que usted niega la existencia del cielo, del infierno, del purgatorio, del limbo y de los demonios; que niega el misterio de la Eucaristía igual que Lutero y que se opone a la confesión al oído del sacerdote porque es invención del Siglo Cuarto.
Los comisarios que han recibido las denuncias sienten que usted es más luterano, afrancesado y ateo que católico. Usted ha dicho que muchos Papas están en el infierno aunque estén canonizados. Ha dicho que Santa Teresa era una ilusa que veía visiones porque ayunaba mucho, se azotaba y no dormía.
Que la Biblia debe leerse con libertad sin temores a la Santa Inquisición y que las religiones son inútiles porque se fundaron en tiempos de ignorancia.
No escapará usted a la condena del Santo Oficio, ni del gobierno del rey, ni de la condena de su propia alma que arderá para siempre en las llamas del infierno.
HIDALGO.- Padre Francisco, he sido reconocido como teólogo porque estudié y di la cátedra de teología en el Colegio de San Nicolás. También por mis escritos, mis debates y mi charla cotidiana.
La teología es útil solamente si se puede usar para servir a la humanidad; pero es un veneno si se usa para subyugarla. Dígame, ¿Es usted criollo o es español?
FRANCISCO.- Soy español, orgulloso hijo de Galicia.
HIDALGO.- Por eso usted no puede entender las razones de esta insurrección, porque no entiende lo que este pueblo ha sufrido por 300 años: dolor, humillaciones, el saqueo descarado de sus riquezas, la conversión a filo de la espada, el poder abusivo de los gachupines y la infamia de la esclavitud.
Un dios de amor y su Santa Iglesia no pueden bendecir el más grande de los ultrajes: que una persona sea dueña de otra.
FRANCISCO.- Mucho equivoca el juicio Don Miguel. Es Dios mismo el que promulga las leyes esclavistas en el Antiguo Testamento. Él es el que permite que un hombre venda a su hija como esclava. Y el mismo apóstol Pablo pide a los esclavos cristianos que obedezcan a sus dueños como si fueran el Cristo mismo.
HIDALGO.- Me deja usted mudo padre Francisco. Pero eso no me impide sentir el dolor de los esclavos, porque en la Nueva España tenemos más de 100 mil negros explotados sin piedad, ya sean mulatos, moriscos, chinos, lobos, salta atrás, jíbaros, albarazados, cambujos, zambiaga, calpamulatos, tente en el aire, no te entiendos y toma atrás. Todos ellos son hijos también del mismo Dios.
FRANCISCO.- No cuente conmigo en sus comparaciones. Su celo le hace errar una vez más. Los indios naturales y los negros y todas esas mezclas del demonio son bestias salvajes que sólo piensan en comer, beber, follar, lujuriar e idolatrar. Los indios no son más que una especie de bestias de carga.
HIDALGO.- Si los hubieran tratado como bestias, no hubieran muerto tantos.
FRANCISCO.- No se puede probar que tengan alma. No tienen los derechos de los blancos. Las tierras de la América fueron regaladas a los reyes de España por las bulas de donación firmadas por los Papas.
Por eso son legales la conquista y el dominio y el permiso de la importación de esclavos negros y el usufructo de toda su descendencia.
HIDALGO.- Ni el Papa ni nadie puede regalar lo que no es propio. Ni debe el Santo Padre mandar que se conquiste por la fuerza.
FRANCISCO.- Si todavía tiene un poquito de fe en el evangelio tiene que aceptar las palabras del santo apóstol Pablo cuando ordena “sométase toda persona a las autoridades superiores, porque no hay autoridad sino por el poder de Dios y las que hay por parte de Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a las autoridades resiste a lo establecido por Dios, y los que resisten acarrean condenación para si mismos”.
HIDALGO.- Padre Francisco, en 1537 el Papa Paulo III publicó una bula donde prohíbe la esclavización de los indios diciendo que se les podía predicar la fe, evitando todo tipo de crueldad.
Lo que no entiendo es cómo a la vez se permitió la esclavitud de los negros. Hemos humillado, esclavizado, torturado, violado y asesinado a los negros y su descendencia con el argumento de que eso era la voluntad de Dios.
En todo caso se justifica la obediencia a las autoridades cuando el rey gobierna de acuerdo a los principios evangélicos. Hay un pacto social entre gobierno y gobernados. Y cuando los gobiernos son tiranos, los súbditos tienen el derecho de rebelarse y cambiar de gobierno.
Usted como gachupín solamente sabe defender a los gachupines. Sabe bien que han explotado sin restricciones las riquezas de esta tierra, han empobrecido a nuestros indígenas, han destruido su cultura, quemado sus colecciones de códices, borrado sus escrituras simbólicas y destruido sus templos y monumentos.
No los han dejado que levanten cabeza. Han desperdiciado 300 años y no les han dejado que aprendan a leer y escribir ni que estudien en los colegios.
Deliberadamente los han mantenido en la ignorancia y en la miseria. Y nuestra religión ha estado a lo largo de estos años del lado del tirano, sembrando la ignorancia y la sumisión, impidiendo la educación del pueblo, quemando libros y matando herejes.
Temen que el pueblo se haga sabio porque el poder real y eclesiástico solamente prosperan en el pantano del temor, la ignorancia y la explotación.
FRANCISCO.- Don Miguel Hidalgo, la ciencia le ha llenado de soberbia y ha pervertido su espíritu por la lectura de libros prohibidos.
Usted conoce la historia de nuestra Santa Iglesia, la sabe al grado que podría recitarla de memoria, y muy bien sabe que la Iglesia de Cristo tiene que estar del lado del poder y del gobierno, que tiene que usar todos los medios para salvar las almas, y tiene que salvarlas de la herejía aunque sea a la fuerza.
Para eso se creó la Sagrada Congregación de la Romana y Universal Inquisición, para impedir que las ideas heréticas lleguen a los creyentes.
Algunos testigos han asentado en denuncias inquisitoriales que están seguros que usted es un ateo. Si no hubiera Dios, ¿Cuál sería el propósito de la vida del ser humano?
HIDALGO.- Tal vez esa no sea la pregunta correcta, Padre Francisco. Eso es como preguntar: “Si no hay amo, ¿de quién voy a ser esclavo?”.
FRANCISCO.- Hagamos eso a un lado porque podríamos enredarnos en una discusión estéril.
HIDALGO.- Padre Francisco, mi curiosidad es mucha y quiero saber la verdad sobre los muchos decretos de excomunión emitidos desde Abad y Queipo en Valladolid hasta el obispo Lizana y Beaumont en la ciudad de México.
Los decretos dicen que la Santa Inquisición buscaba aprisionarme para ablandarme con sus famosas relajaciones hasta que confesara mi herejía y entonces me condenaría y confiscaría mis bienes para engrosar el tesoro de dios; pero que si no lograran capturarme construirían una estatua mía para quemarla.
FRANCISCO.- Hasta Durango y Chihuahua no llega información con rapidez, así que no puedo afirmar ni negar que usted haya sido enviado a la hoguera en efigie.
Comoquiera, Don Miguel, su lucha ha sido inútil. Usted y sus secuaces están presos.
Nuestros soldados aplastarán a los insurgentes y la paz volverá muy pronto a la Nueva España. Y gracias a Dios, nuestra santa religión estará a salvo.
HIDALGO.- Yo moriré, padre Francisco; pero estoy seguro que la liberación de la nación mexicana está cerca, porque las ansias de libertad e independencia ya son inextinguibles.
FRANCISCO.- Es usted un iluso Don Miguel. Si esto llega a cambiar como usted dice, y su causa se eleva triunfadora, la iglesia del Señor quedará intacta.
Fácil será cambiarnos de partido, jurar nuevas lealtades y vivir por los siglos de los siglos…
(Se escuchan voces y disparos).
VOCES.- Viva Don Miguel Hidalgo, viva la independencia de México, muera el mal gobiernoooo.
OTRA VOZ.- Preparen, apunten, fuego… preparen, apunten, fuego… preparen, apunten, fuegoooooo…
FRANCISCO.- Olvidaba decirle, Don Miguel. Hoy fusilan a media docena de insurgentes, y yo no me pierdo el espectáculo… adiós.