*México 2024: el comienzo de una dictadura.
México vive hoy una compleja situación a consecuencia del ejercicio gubernamental desplegado por los gobiernos morenistas. El difícil escenario en el que se encuentra nuestro país es producto de la errónea y perversa conducción política que han tenido, el mandatario inmediato anterior, Andrés Manuel López Obrador, así como su discípula y sucesora, Claudia Sheinbaum, actual presidenta de México.
El responsable original es el expresidente Andrés Manuel López Obrador, pues al final de su gobierno impuso de manera abusiva una serie de iniciativas de reformas constitucionales, concebidas para destruir las bases democráticas y liberales de la República, que a México le llevó tiempo construir. Secundando tal acción, y bajo los mismos modos que su mentor, la presidenta Claudia Sheinbaum ha sido su cómplice, al permitir e impulsar la culminación de dichas reformas, mismas que además son inconstitucionales porque contravienen y trastocan en forma severa varios principios esenciales de nuestra Constitución, como la división de poderes y la imparcialidad judicial, y anulan diversas libertades cívicas y derechos humanos, como los de acceso a la información y al debido proceso judicial, entre otros.
El resultado de este mal intencionado ejercicio gubernamental es hoy evidente: juristas, académicos, intelectuales, periodistas, analistas políticos, empresarios, actores políticos, asociaciones civiles, e incluso observadores extranjeros y organismos internacionales coinciden en señalar el perjudicial retroceso jurídico-político-económico que dicho deterioro constitucional le ha causado a México, así como el daño que esto implica en términos de justicia, democracia, derechos humanos, libertades ciudadanas, competitividad económica -atracción de inversiones- y comercio internacional. Hoy México se encuentra atropellado por el autoritarismo. A través de los poderes Ejecutivo y Legislativo, Claudia Sheinbaum y Andrés Manuel López Obrador (verdadero mandante) han establecido material y formalmente una dictadura, su próximo paso parece ser la creación de un Estado totalitarista.
Estas antidemocráticas acciones que vulneran la médula de nuestra institucionalidad nacional no son de la autoría intelectual de la presidenta Sheinbaum, y tampoco son fruto de las mentes del senador Adán Augusto López y el diputado Ricardo Monreal, sin embargo, los tres son operadores-ejecutores de las mismas. Estos autoritarios hechos consumados son obra y resultado de un proyecto político-ideológico transexenal, que en consonancia con la organización internacional izquierdista del Foro de Sao Paulo, fue concebido por Andrés Manuel López Obrador, quien con el fin de concretarlo sigue girando instrucciones desde su retiro. Son innegables la fidelidad y culto que sus correligionarios rinden al expresidente, pues aún en el retiro éste continúa siendo “la mano que mece la cuna” en México, a través de funcionarios y gobiernos de MORENA.
La obediencia ciega hacia López Obrador se explica por la fanática veneración que algunos morenistas sienten por él, al ser el gran benefactor de sus carreras políticas, en virtud de que éste en pocos años logró fundar un nuevo partido político, así como ganar bajo sus siglas la elección presidencial del país, llevando a muchos de sus correligionarios a altos puestos del poder. Sin embargo, el expresidente no solo cuenta con la lealtad de algunos de sus camaradas de lucha política, sino también con el servicio incondicional de su hijo, Andrés Manuel López Beltrán, a quien con el fin de asegurar la conservación del control político en el país, días antes de concluir su gestión presidencial el exmandatario colocó como Secretario de Organización de MORENA, para que el vástago cumpla el encargo consistente en representar personalmente a su padre, así como comunicar las indicaciones de éste y vigilar el cumplimiento de las mismas, tanto ante las estructuras y militancia del partido, como frente a los coordinadores de los diputados federales y senadores -Ricardo Monreal y Adán Augusto López-, y ante a la misma presidenta Claudia Sheinbaum.
Aunque quisiéramos que la circunstancia actual fuera distinta, la lamentable realidad nos obliga a reconocer que la élite de MORENA ha logrado infligir un enorme daño a México, al dar inicio a la instauración formal de un régimen dictatorial nulificando el Estado de Derecho, la justicia, la libertad y los valores que definían nuestra identidad como República democrática. La oligarquía que hoy detenta los poderes públicos en nuestro país ha comenzado a ejercer una dictadura sobre todos los mexicanos. Se han adueñado del destino de nuestra nación, prostituyendo nuestra Constitución y nuestras leyes al tergiversarlas a su antojo. No debemos permitirlo; la patria no es solo de ellos, nos pertenece a todos. Nadie puede arrebatarnos nuestra dignidad, ni nuestras libertades y derechos.
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Miembro de la Asociación de Editorialistas de Chihuahua, A.C.