Instituciones al Diablo /Triunfó la soberbia / Le gritan a Maru / Perdonan a Alfredito
A UNOS días de dejar la presidencia de la República, López Obrador consiguió el trofeo más deseado y buscado en su sexenio: destruir las instituciones garantes de la democracia, transparencia, el derecho y la justicia.
Siempre lo deseo y varias veces lo gritó; al diablo con las instituciones. Hace unas dos semanas desapareció por decreto los organismos autónomos bajo cualquier pretexto sentenciado desde la inquisición de La Mañanera, con impecable cumplimiento a la orden por los verdugos de Morena en ambas cámaras.
El trofeo mayúsculo lo exhibió el domingo previo y en el último Grito de Independencia: La Reforma Judicial; el marrazo estrella que destruye a ese poder, cuyo pecado mortal fue no someterse a los designios, caprichos y excesos del presidente López Obrador.
Sin freno el presidente y la nueva presidenta, tienen el camino libre para hacer lo que quieran y deseen, incluyendo el sometimiento de la nación, avanzar en la consolidación de una dictadura perfecta, aunque dicen que no las hay.
Desde que fue desplazado por el viejo PRI hace 20 años (y hasta por el PRD), López Obrador, engendró un odio que se alimentó de venganza, soberbia y avaricia; casi todos los pecados capitales a la vez. Nunca fue contra el PRI, ni contra los suyos; menos contra la corrupción. El pueblo que lo venera y el que no, serán las víctimas de tal atrocidad.
No tuvo recato y mucho menos límites: Publicó en el Diario Oficial la Reforma Judicial: ahora habemus reforma; se pasó literalmente por el arco del triunfo cualquier suspensión judicial; si eso hizo ahora, que nos tocará ver mañana en los tiempos de la concentración de todo el poder y sin instituciones.
EL GRITO de independencia en la capital transcurrió como como ha sucedido en los últimos años. Los protocolos tradicionales desde el balcón; la pirotecnia y la presentación de grupos y cantantes de amplia convocatoria, más cuando son de agrapa.
Ya se conoce que en la capital, el pueblo está en la plaza y la casta dorada dentro de Palacio; justificable o no, siempre ha sido así.
El pequeño detallito en los organizadores fue el desabasto de agua para los asistentes; en los filtros de seguridad se les retiraron los peps o termos del hidratador líquido.
El error, provocó que el respetable le pidiera agua a la gobernadora, cuando salió a realizar los vítores. Ella pidió agua y se le entregó de inmediato. Afuera el sediento pueblo empezó gritar por agua.
Por fortuna el agua no aguadó o violento la fiesta. Tan sencillo que hubiese colocar puntos de abastecimiento agua en bolsitas de plástico, pero a los genios de logística y seguridad no se les ocurrió.
ALFREDITO Olivas no será multado por interpretaciones de melodías que hacen apología de los capos de la mafia y las que ofenden a las mujeres.
El chavalo que tiene su fortaleza en los narcocorridos se contuvo de las interpretaciones, aunque de manera parcial. El Paciente que narra su propio atentado en Parral, estaría en el límite, como otras rolas que denostan a las mujeres.
Por lo pronto el Municipio de Chihuahua, dijo que no habría sanción económica, por no existir elementos violatorios al reglamento de espectáculos local.
Cosa de interpretación y no nos referimos a las canciones. Nadie en sano juicio, pensaría que el Municipio iba a multar al Gobierno del Estado organizador del evento. ¿O sí?.