Positivo el acuerdo de posponer un mes la entrada en vigor de los aranceles con que Trump amenaza a nuestro país. En las precarias circunstancias que nos puso, treinta días son un respiro para el gobierno de Claudia Sheinbaum, detuvo el misil. Está bien, en una negociación tan asimétrica como a la que estamos obligados, ganar tiempo cuenta. Una observación odiosa y escatológica: ni Trump ni Sheinbaum, en sus versiones personales de la llamada, hablaron del hediondo pedo en la sala. Ambos mostraron indiferencia como si la relación oliese a rosas.
La más grave acusación de la Casa Blanca, en su boletín del sábado, es que México es un narco estado, que su gobierno es cómplice de los grupos criminales. Lo denunciaron sin matices, con la mayor crudeza. Recupero dos líneas del párrafo quemante: “los carteles mexicanos tienen una alianza intolerable con el gobierno de México.” y “el gobierno de México ha proporcionado refugio seguro a los carteles para fabricar y transportar drogas ilícitas”.
De ningún gobierno se había expresado así, acusándolo de ser aliado de grupos criminales. No negligente, no incapaz, no omiso; aliado. Y nuestro gobierno que, altanero, exigió a España y al Vaticano una disculpa pública y suficiente por maltratos de hace quinientos años a los pueblos originarios, se tragó completo el sapo de la Casa Blanca. Sí, la presidenta Sheinbaum la negó ayer, pero tras la llamada de esta mañana no hubo más comentarios, como queriendo dejar las cosas ahí.
Lo primero que debe entender la presidente es que la pausa de 30 días no solucionó nada, en el curso de las discusiones seguirán exigiendo y exigiendo más. Con absoluta certeza lo sabe, pero lo que no sabe es hasta dónde llegarán las nuevas exigencias, pues mantuvieron la espada de democles pendiendo sobre su cuello. ¿Hasta donde será capaz de doblarse con tal de satisfacer los apetitos imperialistas del narcisista demagogo engolosinado de poder, sin herir al que todavía tiene aquí?.
Es una pregunta que debe empezar a responderse con urgencia, pues sus compromisos conllevan hechos, las declaraciones de soberanía, de no al ingerencismo, de trato entre iguales y toda la narrativa patriotera que tan bien ensayada tiene, de nada le servirán. En algún momento tendrá que actuar y esa actuación la llevará a elegir entre dos opciones: o sigo siendo leal a mi tutor y líder moral del movimiento; o me comprometo con todos los mexicanos.
Porque si en algo no tiene ninguna responsabilidad la presidente Sheinbaum, es un la “alianza” del gobierno federal con las organizaciones criminales. Esa alianza la hizo, la mantuvo y hasta la festinó el expresidente tabasqueño. Cuando el gobierno de los Estados Unidos habla de que México es un narcogobierno, se refiera al tlatoani del pasado reciente, no a la presidenta. Y ahí sí, ni forma de negarlo, mantuvo fielmente una alianza criminal que las agencias de los Estados Unidos tienen bien documentada. Fue cínica, impúdica, vulgar.
El temor a que levanten las enaguas del tabasqueño y quede expuesta su inmundicia, debilitando así al régimen autócrata que fundó, lo dejó ver Julio Hernández, columnista estrella de la Jornada, página oficial del régimen. En su entrega de hoy recupera la publicación del año pasado “en tres medios extranjeros” de que “Andrés Manuel López Obrador había recibido financiamiento del narcotráfico”. Infiere que las publicaciones “sincronizadas” fueron base para la campaña “#Narco Presidente” y “#Narco Candidata”, concluyendo que se trata de una estrategia del gobierno norteamericano, con independencia de Trump, de generar inestabilidad “al segundo gobierno progresista de orientación popular en México”.
Después introduce la teoría favorita del régimen “progresista”, la de una ultraderecha complotista: “muchos de ellos (los conservadores del PRIAN) aspiran a que la Casa Blanca sustituya o por lo menos potencie sus capacidades políticas hasta ahora sumamente fallidas ante la llamada cuarta transformación”.
La propaganda del régimen entró de lleno al tema de la complicidad de grupos políticos mexicanos con el gobierno derechista de Trump, para sacar ventajas políticas en las próximas elecciones. Es la versión suave del delirante golpe de estado tantas veces externado por el mesías anterior, sin el menor fundamento. Mientras la presidenta Sheinbaum llama a la unidad nacional y consigue logros menores en la relación con los Estados Unidos, los propagandistas radicales recurren al protocolo de Río preparando escenarios para responsabilizar al Imperio de todos nuestros males.
La realidad, señores de la propaganda, es que el presidente anterior al que ustedes consideran el mejor en la historia del país, dejó una herencia infame de complicidad y vínculos con el crimen organizado, que está costando demasiado al país y a la presidenta. Y ella, al menos hasta hoy, está siendo leal con “el movimiento”, no con el país. Porque a lo que ustedes llaman el movimiento, es la mitad de los mexicanos, y ciertamente la mitad más ignorante y esperanzada en la dádiva institucionalizada. En su versión, la otra mitad es complotista o traidora a la patria.
Sin embargo aquí no se trata de complots internacionales de izquierdas o derechas, conservadores o liberales. Se trata de que nuestro gobierno actúe con diligencia y responsabilidad, haciendo uso de la fuerza legítima para contener a las organizaciones criminales que dejó crecer “Su Presidente” hasta el punto de que hoy no existe, literal, un tramo de territorio nacional sin presencia del crimen y en muchos gobiernan con las siglas de su partido.
Sí, Trump es un cavernario engreído, abusón y mentecato, pero el que ustedes idolatran está igual o peor y nuestra presidenta, por desgracia, no se ha decidido a gobernar para todos, optó complacerlo a él. Hoy vemos que atinó al momento de elegirla. Su intuición le está redituando, con otro presidente ya estaría en Cuba (¿o lo está?), temeroso de que le hicieran efectivos los expedientes abiertos en Estados Unidos.
Rompeolas
Diez mil nuevos elementos del Ejército a la frontera norte. Ay nanita, ya imagino como se pondrán nuestros pueblos, ciudades y carreteras. ¿Cuánto tiempo le gusta para que empiece las enormes filas en el Precos y los maltratos a la población?.