Breve comentario sobre la situación actual: Réquiem por un país
Antes de entrar en tema, es menester hablar de la puntilla que una caterva de cobardes disfrazados de “Senadores de la República” le acaban de asestar al Poder Judicial de la Federación, para con esto, entregarle el país en bandeja de oro a un loco e insano político demente, ávido de poder, completamente acomplejado y con unos niveles desquiciados de resentimiento social que raya en la venganza; mismo resentimiento que ha logrado permear en los ciudadanos mexicanos más ignorantes, para hacerlos sus fieles seguidores, a punta de tres mil pesos mensuales.
Pues bien, ahora este dictador tiene completamente en sus manos y bajo su total control a los Tres Poderes de la Unión y al Instituto Nacional Electoral, lo que nos convierte en automático en un Estado Totalitario; faltan unos cuantos días para que se vaya López Obrador, pero el daño causado a una nación está hecho, culminó su obra y ahora viene “La Sepulturera” Claudia Sheinbaum, a eso, a sepultar al país y convertirnos en una especie de república comunista que el malévolo López seguirá manejando tras bambalinas. Se percibe una tristeza nacional por este cobarde, traicionero y mortal golpazo a México.
Sin embargo, los mexicanos podremos levantarnos y seguir en pie de lucha contra estos traidores a la Patria y sus seguidores; por lo pronto, ¡¡que Viva México al son del Mariachi!!, nuestra más pura escencia musical.
En el Mes de la Patria, los orígenes y desarrollo de nuestra música hasta llegar al Mariachi
El Mariachi no se formó solo ni por generación espontánea, esta música es el resultado de un largo y ancestral proceso cultural, cuyos orígenes se remontan a la llegada de grupos autóctonos diversos a la región del occidente y pacífico central mexicano, en la que en su conformación influyó de manera determinante la conquista de los españoles, así como la acción y la misión evangelizadora de los misioneros jesuitas y franciscanos; en pocas palabras, es el producto de una amalgama cultural y religiosa de muchos grupos étnicos, bajo la batuta de quienes le dieron sentido e identidad a las expresiones musicales de una región del país.
En el desarrollo de la música mexicana, intervinieron muchos aspectos culturales y étnicos; tenemos a la música veracruzana o jarocha; a los huapangos de la región de la Huasteca; las polkas norteñas (inspiradas en la música polaca); la música de Zandunga del Istmo de Tehuantepec; la música serena y tierna de la Península de Yucatán; y por supuesto los sones y jarabes tapatíos, que pertenecen y se desarrollaron en la región del occidente de Michoacán, Colima, Jalisco, oriente de Nayarit y sur de Zacatecas, fue esta región la que dio origen al Mariachi.
Vamos a remontarnos algunos siglos atrás, tan solo unos años después de la Conquista Española; una vez sometida Tenochtitlán, Hernán Cortés avisa a la Corona Española para que se envíen a los misioneros Jesuitas y Franciscanos a evangelizar a las tribus nativas, antes de que se sublevaran de nuevo. Así, comenzaron a llegar estos misioneros a la región que nos interesa, el occidente de la Nueva España y donde primero se establecieron fue en Michoacán.
A esta región, en 1521 llegan Fray Pedro de Gante, Fray Juan de Aora y Fray Juan de Tecto; en 1523 llegó Fray Martín de Valencia con doce misioneros, apodados “Los Doce Apóstoles”; en 1525 llega Fray Martín de Jesús de la Coruña y se meten al corazón de la etnia Purépecha, fundando el Primer Obispado de Michoacán; estos frailes comenzaron con su labor evangelizadora y se dieron cuenta de la riqueza cultural y musical de la región. Estos misioneros se metieron en la región de Tzintzuntzán, Pátzcuaro, Zinapécuaro, Tarécuato, Erongarícuaro, Zacapú y Huandacareo, el corazón del Imperio Purépecha.
Aquí en esta región, los misioneros encontraron una vasta riqueza musical con danzas muy autóctonas que ellos mezclaron y fusionaron con danzas españolas y europeas, dando origen a lo que musicalmente se llaman “ensambles”, en los que se adapta un esquema musical a otro, dando como resultado danzas de Cuauileros (manipulando un palo); Xayacates (ensamble autóctona purépecha con la Danza de los Moros, que a su vez era un ensamble de danza árabe con española); el Mauiltic (ensamble Purépecha con la fiesta de Corpus Christi); las Danzas Planecas (ensamble con movimientos de minué con zapateados y machetazos al suelo); y qué decir de las diversas variantes y estilos de la Danza de los Viejitos (ensamble de baile de cortesía europeo con la Danza de los Abuelos); las Danzas de los Cúrpites (jóvenes con máscaras de animales como venado, coyote, leopardo, etc); con el tiempo, a la música de toda esta región se agregaron influencias africanas, procedentes de los esclavos africanos que llegaban a las costas de estas regiones.
Al mismo tiempo, en la Nueva Galicia (Jalisco y Nayarit)), los misioneros Fray Pedro de Gante, Fray Juan Calero, Fray Matteo Ricci y Fray Antonio de Segovia, trabajaron y evangelizaron a los grupos de indios Cocas en la región de Cocula y con los Wixáarika (Huicholes) en la sierra de Jalisco y Nayarit, logrando en lo musical interesantes ensambles con la música y la danza muy tranquila, cadenciosa y apacible de los Huicholes, ritmo que recordaba un poco a la música de las islas de la Polinesia (debemos recordar que los Wixáarika refieren e insisten en mencionar que ellos provienen del mar, un tema al que no se ha estudiado mucho, quizá por no querer encontrar datos que tengan que reescribir la historia); también recogieron e hicieron ensambles con las danzas “abajeñas” de Cocula, Jalisco, en donde encontraron muy buenos músicos.
Mientras, en el norte de Jalisco y sur de Zacatecas (región llamada “La Frontera Chichimeca” por los historiadores), los misioneros Fray Miguel de Bolonia, Fray Juan de Tolosa, Fray Pedro de Gante y Fray Antonio de Segovia batallaban con la misión evangelizadora, pues era una región dominada por los indios Caxcanes, de origen chichimeca y tal vez la tribu más feroz y beligerante con que los españoles se hayan encontrado en su paso por la Nueva España; Fray Miguel de Bolonia funda la Misión de Juchipila, con la misión de evangelizar a la región de Juchipila, Jalpa, Moyahua, Apozol, Nochistlán para el sur de Zacatecas y las Misiónes de Yahualica y Teocaltiche para evangelizar al norte de Jalisco, la Región de Mexticacán y los Altos; una vez terminada la Guerra del Mixtón y hecho prisionero el temible cacique Tenamaxtle, los misioneros continuaron evangelizando pueblos indígenas a través de su música y sus danzas.
En esta región, los misioneros hicieron un ensamble con la Danza de los Tastuanes, en donde lograron integrar símbolos religiosos en un baile que celebraba la resistencia Caxcana ante los abusos del Capitán Cristóbal de Oñate. Algunos historiadores coinciden en señalar que las características de las tribus caxcanes de esta región, a la postre van a terminar influyendo notablemente en la personalidad y el espíritu bravío del Mariachi.
Los elementos están puestos para la formación del Mariachi
Hay mucha historia y mucha cultura musical ancestral combinada con tradiciones religiosas introducidas por los misioneros, que fueron moldeando el folklore de toda esta región, hasta llegar a la formación del Mariachi; en todo lo que se ha mencionado, existe un común denominador y dos constantes, que fueron determinantes para el desarrollo de la cultura musical del occidente de la Nueva España.
El común denominador en todo esto, fue Fray Pedro de Gante, quien como misionero y como jefe religioso, estuvo en todas las misiones de esta región y fue testigo del proceso de evangelización de cada una de las regiones mencionadas, siendo él quien llevó a cada misión, un conocimiento cultural de la misión anterior y terminó por ser un factor aglutinante de todas las tradiciones musicales de Michoacán, Jalisco, Colima, Nayarit y sur de Zacatecas, comenzando a transformarse en una sola cultura folklórica regional.
Las dos constantes son la música y la danza de cada uno de los pueblos y regiones; la música era interpretada por conjuntos de cuerdas, flautín de madera o carrizo y teponaxtle; las cuerdas las conformaban el violín rústico, la guitarrilla y la jarana de cinco cuerdas, acompañadas del flautín muy rústico también y el teponaxtle, una especie de tambor de madera hueca, de un sonido muy característico y agradable, que era el que llevaba el ritmo de la melodía (con el transcurso del tiempo, los instrumentos fueron mejorando y modernizando, así como la introducción de elementos nuevos).
La segunda constante es la danza, cada pueblo, etnia y región tenía sus propias danzas y rituales, casi todos de carácter alegre y festivo; en sus fiestas, todos estos pueblos de occidente tenían, sin ellos saberlo, la misma costumbre, bailar sobre una especie de tarima de madera, con eso se evitaba levantar tanto polvo del suelo. Como ya vimos, todas estas expresiones culturales fueron influenciadas por los misioneros, ensamblando en ellas, símbolos y elementos religiosos como parte de su misión evangelizadora; Cuando una cultura es influenciada por otra y se amalgaman sus costumbres y tradiciones, a eso se le llama “Mestizaje”; pero en casos como este, en donde una o varias culturas son influenciadas por alguna religión, a eso se le llama “Sincretismo”, eso es el Mariachi, el producto final de un sincretismo entre la religión católica y los grupos nativos del occidente de México.
Segunda Intervención Francesa, surge el Mariachi.
En 1862, ocurre la Segunda Intervención Francesa y se establece el Segundo Imperio Mexicano de Maximiliano de Habsburgo; para estas alturas, los grupos de músicos no solo ejecutaban la música de las fiestas patronales y religiosas de los pueblos, sino que ya amenizaban en eventos sociales como bailes, bodas, fiestas familiares, bautizos y quince años; entonces se les llamaba “Fandangos” a estos grupos, todavía no se les llamaba “Mariachi”, pero sí vestían ya un uniforme de ropa de campesino, pantalón y blusa de manta blanca con una cinta roja a la cintura, es decir ya procuraban que el grupo se viera mejor presentado. Sobre el origen de la palabra “Mariachi”, existen varias versiones, ninguna comprobada ni documentada de manera que pudiera ser considerada como la versión oficial acerca del origen de la palabra “Mariachi”. La referencia documentada más antigua sobre la palabra “mariachi”, procede de Santiago Ixcuintla, Nayarit, en donde se encontró documentación que data desde 1832, en donde se encontraron más de cien certificados y actas de bautismos, entierros y matrimonios, en donde aparece el nombre de “Rancho Mariachi”, como si hubiese sido en ese supuesto rancho, el lugar en donde ocurrió todo lo que se describe en esa documentación; sin embargo, no se aporta ninguna pista sobre el origen y el porqué de la palabra y menos de su relación con estos grupos musicales. De manera no oficial, y además errónea, los habitantes de Santiago Ixcuintla consideran a su tierra como la Cuna del Mariachi, solo porque ahí se encontró por primera vez esta palabra.
Algunos investigadores consideran que la palabra “mariachi” procede de la lengua de los indios Cocas de la región de Cocula, Jalisco, pero tampoco se aportan pruebas que soporten este argumento y que, si bien es cierto, Cocula es una de las regiones donde se originaron estos grupos, no existen pruebas de que de ahí provenga su nombre.
Otra hipótesis sostiene que la palabra proviene del Maya, de la palabra “mairiam-chi”, que significa “los que tienen mi misma sangre”, pero no existe ninguna conexión entre estas dos regiones del país, ni en lo lingüístico ni en lo musical, por lo que la hipótesis se desecha.
Surge otra hipótesis, el cantante Juan Gabriel afirma en su canción “El Principio”, que la palabra “mariachi” procede de la lengua Otomí, que significa “día de fiesta” pero también se cae, pues en otomí fiesta se dice “ngodü”; además los lingüistas no han encontrado en la lengua Otomí, ni un solo indicio de la palabra “mariachi”.
En 1864, en plena invasión francesa, un rico hacendado de Jalisco celebraba en su lujosa hacienda la boda de una de sus hijas con otro acaudalado joven; al evento llegó un general francés con un piquete de soldados, quienes sorprendidos de tan alegre y elegante jolgorio se acercaron, siendo recibidos por el hacendado, el General le preguntó: “Qu’est-ce que cést” (“¿qué es esto?”), el poderoso hacendado le respondió en perfecto francés: “C´est un mariage” (es una boda) e invitó a pasar al General y sus soldados; a partir de aquí, los franceses relacionaron a la música y al conjunto musical con la palabra “mariage” o “marriach” como se pronuncia en francés, derivando en “mariachi”. Entonces, cuando los franceses celebraban algo, iban por los “mariachis” para que les amenizara; a la Emperatriz Carlota le gustaron tanto los mariachis, que cada semana ofrecía fiestas mexicanas en el Palacio de Chapultepec. Y de aquí p’al real, desde entonces se les dejó de llamar “Fandangos”, pasando a llamarse popularmente Mariachis. Aunque no reconocida oficialmente, esta es la versión más aceptada por casi todos los historiadores acerca del origen de la palabra “Mariachi”.
Desde Cocula y Tecalitlán, Jalisco para México y de ahí para el mundo
En 1885, el Maestro Carlo Curti, un director de orquesta italiano funda en la Ciudad de México la Orquesta Típica de México y aunque tuvo cierto éxito, no lograba transmitir ese sentimiento del ranchero, del entorno rural y campirano que sí transmitía el Mariachi, esto motivó a los mariachis jaliscienses, provocando la competencia y es entonces cuando el asunto se pone bueno.
Unos años más tarde, en 1896 en Cocula, Jalisco el músico Concepción “Concho” Andrade y su compadre Cirilo Marmolejo fundan el “Mariachi Cocula” e inician a tocar en fiestas y evento en Jalisco, Colima y Michoacán, haciendo pequeñas giras regionales; el Mariachi Cocula todavía incluía en su instrumentación el uso del teponaxtle o eventualmente un tamborcillo. En 1903, el señor Pablo Becerra lleva a “Concho” Andrade y su Mariachi Cocula a la ciudad de Chicago a grabar el primer registro discográfico de la música de mariachi. A su regreso, el maestro Andrade quiso aprovecharse del viaje a Chicago para promover al Mariachi Cocula “después de una extensa y exitosa gira por los Estados Unidos…”, buscando propiciar contrataciones en la República Mexicana, pero pronto se le cayó la farsa, solo fueron a grabar un registro discográfico, eso sí, fue el primer mariachi en hacerlo.
Mientras, en Tecalitlán, Jalisco, en 1897 el joven de diecisiete años Gaspar Vargas López, un campesino y casi analfabeto pero que sabía tocar música de manera empírica, funda el “Mariachi Vargas de Tecalitlán” y le agrega cambios importantes al mariachi; Gaspar Vargas elimina el teponaxtle o el tambor argumentando que ya el mariachi no es para interpretar música autóctona e indígena, sino para interpretar música campirana, de rancho y piensa que se debe de adaptar a los nuevos tiempos; introduce el arpa, como un elemento que viene a dar suavidad y elegancia al mariachi, haciendo que se escuche un poco menos agreste y más fina la música; otro cambio que hizo Gaspar Vargas fue además del arpa, agregar otros cuatro violines reglamentarios (no rústicos) al conjunto, haciendo muy notorio el cambio musical.
El 15 de septiembre de 1898, durante las fiestas patrias en Tecalitlán, Jalisco, el Mariachi Vargas de Tecalitlán hace su primera presentación publica ya con todos estos cambios sobre el escenario, dejando al público impactado por “el nuevo sonido” del mariachi, este nuevo sonido se lo daban el arpa y los cinco violines más la guitarra, la vihuela y el guitarrón o tololoche o guitarra de golpe como también era conocido este instrumento. El alcalde de Tecalitlán, Trinidad de la Mora declaró ese día como la fecha oficial de la fundación del Mariachi Vargas de Tecalitlán, aunque en realidad se había fundado un año antes.
Con estos instrumentos, Gaspar Vargas estableció lo que se llamó el “Sonido Tecalitlán”, mientras que el “Sonido Cocula” era más tradicional y con violines rústicos y teponaxtle; con estas diferencias se estableció una carrera entre ambos mariachis por consolidarse en el gusto de los jaliscienses, lo que se vería reflejado en más contrataciones para eventos; sin embargo, el Sonido Tecalitlán trascendió lo regional y se colocó en el gusto de los Estados vecinos, más aún por la virtuosidad con que Manuel Mendoza ejecutaba el arpa; Gaspar Vargas solía ayudar a la gente necesitada y eso fue otro factor para que el Mariachi Vargas cobrara más popularidad.
En 1913 fue un año muy positivo para el Mariachi Vargas, ya en plena Revolución Mexicana, el muy jovencito Subteniente Lázaro Cárdenas escucha al Mariachi Vargas de Tecalitlán en una fiesta y los recomienda con su superior el General Martín Castrejón, quien casualmente estaba buscando quien amenizara un festejo para su esposa; además de su calidad musical y el trabajo duro, ese fue un golpazo de suerte, pues tanto el Subteniente Cárdenas como el General Castrejón quedaron muy complacidos y se ganaron más recomendaciones con otros Generales; una gran amistad floreció entre Gaspar Vargas y Lázaro Cárdenas, misma que duró por toda la vida, más tarde Cárdenas sería un gran impulsor del Mariachi Vargas; también en ese mismo año de 1913, Silvestre Vargas, el hijo de doce años de Gaspar Vargas ya comenzaba a aprender a tocar el violín. En ese año, también Gaspar Vargas introdujo un cornetín, pero lo desechó debido a que opacaba el sonido de los demás instrumentos.
Por su parte, el Mariachi Cocula de Concho Andrade y Cirilo Marmolejo continúa siendo un mariachi tradicional, logran hacer presentaciones en lugares de la Ciudad de México y en 1925 el empresario Juan Indalecio Hernández abre el Salón Tenampa en la Plaza Garibaldi del Centro Histórico de la Ciudad de México ofreciendo al Mariachi Cocula un contrato de exclusividad en el lugar, por lo que la agrupación coculense decide avecindarse en definitiva en la Ciudad de México. Como consecuencia del éxito del Mariachi Cocula en el Tenampa, el efecto fue inmediato, decenas de agrupaciones de mariachis, principalmente de Jalisco y Zacatecas se apoderaron de la Plaza Garibaldi para ofrecer sus servicios, resultando en lo que hoy es ese sitio, un lugar donde los mariachis alegran el momento a turistas extranjeros y nacionales y a todo aquel que desee pasar una agradable velada.
Mientras tanto, en el Mariachi Vargas de Tecalitlán sucede un hecho que terminaría siendo trascendental para ellos y para la carrera por el éxito entre estas dos agrupaciones: en 1921, a sus veinte años de edad, debuta el joven Silvestre Vargas Vázquez al lado de su padre Gaspar Vargas dentro de la agrupación como ejecutante de violín; la llegada del joven Silvestre le inyectaría nuevos bríos, le daría empuje y proyectaría al Mariachi Vargas de Tecalitlán hacia el estrellato, abriendo camino al éxito para muchas otras agrupaciones; recordemos la sólida amistad que había nacido entre Gaspar Vargas y el joven Subteniente Lázaro Cárdenas que dio paso a grandes contratos con gente importante; ahora Silvestre refuerza esa relación amistosa y en 1927, el ahora General de División Lázaro Cárdenas los adopta como su mariachi oficial para su campaña hacia la gubernatura de Michoacán y los trae de gira por todo el Estado; ya como Gobernador, amenizaron todos sus eventos, además de contratos en México y otras partes, iniciando una etapa de gran éxito.
Regresamos con el Mariachi Cocula, quienes continuaban como mariachi tradicional tocando en el Tenampa, donde ahora parecía que su carrera se estancaba, mientras afuera del Tenampa en la Plaza Garibaldi, decenas de agrupaciones entretenían a los turistas y paseantes, todos ellos con el esquema musical del Mariachi Vargas de Tecalitlán; parecía que el estilo tradicional del Mariachi Cocula comenzaba a quedarse atrás y ellos junto con él.
En 1931 Silvestre Vargas asume la dirección del Mariachi Vargas de Tecalitlán, entonces el General Lázaro Cárdenas le insiste para que se inscriban en una fiesta mexicana que organizaba el Presidente Pascual Ortiz Rubio en la que cada Estado llevaría su música representativa; el Mariachi Vargas representó a Colima y ganaron el primer premio, abriendo con esto las puertas para sus primeros contratos para giras nacionales, un empresario los llevó a presentaciones en Tijuana y de ahí a todas las ciudades fronterizas con Estados Unidos. Más buenas noticias, el Presidente Pascual Ortiz Rubio y el General Plutarco Elías Calles, también ya les habían echado el ojo.
En 1934, el General Lázaro Cárdenas asume la Presidencia de la República y se los lleva a la Ciudad de México, los incluye en la nómina de la Dirección de la Policía del Distrito Federal, bajo la batuta del músico y director de orquesta Miguel Lerdo de Tejada, quien dirigía la orquesta de la policía; Lerdo de Tejada se aplica con ellos y les da una muy buena pulida a su música y a su instrumentación, modernizando por completo su sonido, quedando listos para todos los eventos y fiestas de la Presidencia de la República, sin desatender sus contratos que ya tenían por todo el país. Como consecuencia de amenizar las fiestas de los amigos del presidente, se relacionan con gente importante; es así como en 1937 graban su primer disco de prueba y participan en su primera película “Así es mi tierra”; ese año consiguen un contrato para presentaciones en vivo en la XEW Radio.
Emilio Azcárraga moderniza e impulsa al Mariachi Vargas de Tecalitlán hacia el estrellato
En 1941 el poderoso magnate y empresario Emilio Azcárraga Vidaurreta, propietario de la XEW Radio, los reúne en un estudio de la W, les presenta al maestro violinista y arreglista Rubén Fuentes, al maestro músico y compositor Manuel Esperón y al trompetista Miguel Martínez, les pide a Gaspar y a Silvestre Vargas hacer unas pruebas incluyendo a la trompeta en el mariachi, “nomás para saber cómo se escucha” les dijo el magnate; el resultado de la prueba fue un éxito, tanto Azcárraga como los músicos y el propio trompetista quedaron maravillados con el sonido que habían logrado; Azcárraga mandó traer a otros dos trompetistas, los agregaron al mariachi e hicieron más pruebas, logrando un sonido impactante, Silvestre Vargas y Emilio Azcárraga se dieron cuenta de inmediato que ese era el camino y el futuro del mariachi.
El mariachi, a partir de su concepto original, había cambiado por completo y para siempre, se modernizó y pasó de ser un mariachi para bailes, a un mariachi de concierto, en donde el público acudiría principalmente a escucharlos; Emilio Azcárraga le propuso a Silvestre Vargas incorporar al maestro Rubén Fuentes como violinista y director musical y al maestro Manuel Esperón como compositor de cabecera, para componer música acorde al nuevo concepto y nuevo sonido del Mariachi, mientras despegaba el nuevo concepto, que ahora incluía en su instrumentación, un arpa, dos guitarras, una vihuela, un guitarrón, tres trompetas y seis violines, todo esto en cuanto a lo musical; en cuanto a lo visual, Azcárraga sugirió una imagen pulcra en el escenario, con vestimenta de charro mexicano e incluyo las aplicaciones y botonaduras de plata, luciendo una imagen impresionante nunca antes vista sobre el escenario; Silvestre Vargas aceptó y quedó como líder principal de la agrupación; esta decisión marcó el ingreso del Mariachi Vargas de Tecalitlán a la escena nacional, con todos los reflectores, con un sonido impactante y moderno que causó sensación entre el público; se abrieron las puertas de las disqueras con contratos de exclusividad; los productores de cine los querían en todas las películas, los contratos llovían por todos lados y todos los artistas de la época fueron acompañados en sus grabaciones y presentaciones por el Mariachi Vargas de Tecalitlán.
Se inician las giras internacionales acompañando a Miguel Aceves Mejía por Estados Unidos, Panamá, Ecuador, Colombia, Chile, Cuba, Argentina y Venezuela; en esta gira con Aceves Mejía, el propio cantante le dice a Silvestre Vargas, señalando al violinista Heriberto “El Curita” Molina: “a mí se me hace que El Curita ha de cantar bien, habla con muy bonita voz, déjalo que me acompañe de segunda voz” y a partir de entonces, Heriberto “El Curita” Molina se convirtió en la primera voz del Mariachi Vargas de Tecalitlán durante veinte años. A raíz del éxito arrasador en su gira internacional con Miguel Aceves Mejía, el maestro Rubén Fuentes acuña el lema que hasta la fecha se mantiene como presentación de la agrupación: “Mariachi Vargas de Tecalitlán, el mejor Mariachi del Mundo”.
Habían ganado la carrera por la fama, mientras que el Mariachi Cocula permanecía opacado y arrinconado en el Tenampa, todos los demás mariachis siguieron el nuevo estilo marcado por Silvestre Vargas, muchos alcanzaron el éxito y la fama y muchos otros con regular éxito, otros desaparecieron, pero el mariachi y su música se habían apoderado de la música mexicana, tomando el estandarte que lo llevaría a ser la carta de presentación no solo de la música mexicana, sino de México en todo el mundo…. el resto, es historia.
Trompetazos y guitarrazos
+ “Nadie como los de Tecalitlán”, era la voz que se corría y que según dicen, hacía enfurecer a los de Cocula.
+ Cuando el Mariachi Vargas de Tecalitlán alcanzó el éxito total, Silvestre Vargas declaró en una ocasión: “Nuestra vida era tan tranquila y feliz en Tecalitlán, pero tenemos que ganarnos la vida”.
+ En 1953, el fundador Gaspar Vargas, que improvisaba muy bien, pero no compartía sus secretos; uno de los músicos trató de imitarlo y Gaspar sacó una daga y lo encaró furioso, provocando la intervención de su hijo Silvestre, quien le pidió abandonar la agrupación en forma definitiva.
+ En 1954, el maestro Rubén Fuentes se retira como violinista de la agrupación, para convertirse en Director Musical de la disquera RCA Víctor de México; en su lugar ingresa otra leyenda e inmortal del violín, el maestro Jesús Rodríguez de Híjar.
+ Debido a su contrato de exclusividad con la disquera RCA Víctor, no podían aparecer en otras grabaciones con ese nombre, como ya tenían contratos para acompañar a un sinfín de artistas en sus discos, utilizaron diferentes nombres como Mariachi Guadalajara, Mariachi Jalisciense de Rubén Fuentes, Mariachi Monumental de Silvestre Vargas, incluso llegaron a aparecer en algunos discos como Mariachi Los Mamertos.
+ En 1960 se integran al Mariachi Vargas de Tecalitlán el guitarrista, compositor y arreglista Rigoberto Alfaro; el vihuelista Víctor Cárdenas y el arpista Arturo Mendoza; según los expertos musicales, este fue el mejor mariachi en la historia de la música mexicana.
+ En 1968 y 1970 el Gobierno Mexicano lleva al Mariachi Vargas de Tecalitlán a una gira por todos los países del mundo para promocionar los Juegos Olímpicos de México ’68 y la Copa del Mundo de Futbol México ’70.
+ La sólida amistad entre el fundador del Mariachi Vargas de Tecalitlán, Gaspar Vargas López y el General Lázaro Cárdenas, se mantuvo firme hasta el fallecimiento de Gaspar Vargas en 1969; al año siguiente fallecería su gran amigo Cárdenas.
+ El Mariachi Vargas de Tecalitlán ha grabado más de 70 discos LP y CD, sin contar las grabaciones que hicieron en formatos de 78 y 45 rpm; tampoco se contabilizan los acompañamientos que hicieron en las grabaciones para otros artistas.
+ El Mariachi Vargas de Tecalitlán ha aparecido en 200 películas y filmes.
+ En 1987 resultan ganadores del Premio Grammy al acompañar a Linda Ronstadt en su álbum “Canciones de mi Padre”.
+ En el año 2011, la ONU a través de la UNESCO designó al Mariachi Mexicano y a su Música como “Patrimonio Intangible de la Humanidad”.
+ Gracias a la proyección que el Mariachi Vargas de Tecalitlán le ha dado a la música de mariachi, en la actualidad la música ranchera está muy arraigada y existen mariachis en casi 70 países en el mundo; cada año se celebra en Guadalajara “El Encuentro Internacional del Mariachi y la Charrería”, a donde acuden mariachis de todo el mundo, incluso de países tan alejados y distintos a nosotros, como Japón, Serbia y Finlandia.
+ En la actualidad, todos los integrantes del Mariachi Vargas de Tecalitlán son músicos de carrera, músicos egresados de Conservatorio, aunque saben muy bien las técnicas de improvisación y los secretos que guarda la interpretación de la música de mariachi.
+ Desafortunadamente el Mariachi Cocula de Concho Andrade y Cirilo Marmolejo se perdió en la historia.
Esta es a grandes rasgos, la historia del Mariachi y su música, representada en un principio por dos grandes agrupaciones que abrieron el camino a todas las demás; estas dos agrupaciones, de Cocula y de Tecalitlán, Jalisco se vieron envueltas en una carrera por el éxito y la fama; el Mariachi Cocula llegó muy lejos pero no le alcanzó para llegar a la cima; el Mariachi Vargas de Tecalitlán tocó las estrellas y 127 años después de su fundación, continúa vigente.
El mariachi es el único espectáculo que no hace su presentación tras levantarse el telón, el mariachi entra a escena tocando y eso provoca de inmediato el júbilo del público, por eso, “Cuando el mariachi aparece, el mundo cambia”.
Envío un saludo muy especial a mi buen amigo Roberto Díaz Pérez, Director Musical y Artístico del “Mariachi México Lindo”, de Nochistlán, Zacatecas, una tierra de grandes músicos y exitosos mariachis.
¡¡Viva México!!
Fuentes Bibliográficas:
+ www.gob.mx/presidenciadelarepublica/epn
+ ich.unesco.org
+ youtube.com
+ infobae.com
+ excelsior.com.mx
+ culturaspopulareseindigenas.gob.mx
+ sic.cultura.gob.mx
+ publicaciones.cucsh.udg.mx
+ www.thecatholicuniversityofamerica.usa
+ booksopenedition/cemca
+ relatosehistorias.mx
+ es.wikipedia.org