El comisionado de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos, (CBP, en inglés), Mark Morgan, pidió no unirse a la caravana migrante que partió desde San Pedro Sula, Honduras, hacia territorio norteamericano.
“Estoy de acuerdo con los que abogan por los derechos humanos de los hondureños. Al unirse a la caravana pone su vida en las manos de los criminales”, urgió Morgan en su cuenta de Twitter.
“México ha sido claro que no permitirá el paso y los EU lo removerá”, agregó en un mensaje en Español.
Reportes de la prensa y televisión locales afirmaban que grupos de migrantes ya había cruzado la frontera de Honduras, avanzando hacia Guatemala.
Al menos 400 hombres y mujeres rompieron ayer un cerco policiaco en Corinto.
La Casa del Migrante en Guatemala dijo a medios que decenas de la caravana durmieron en sus instalaciones la noche del miércoles.
Los migrantes, que salieron el miércoles de madrugada de una terminal de autobús en la ciudad de San Pedro Sula, no tardaron en dispersarse en función de la suerte que tuvieron consiguiendo transporte y del paso fronterizo que eligieron.
Durante días circuló en medios sociales una llamada a formar una nueva caravana.
Pero la asistencia, aunque grande, no era comparable a las comitivas de 2018 que provocaron la ira del Presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
El nuevo Presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, dijo el miércoles que el secretario mexicano de Exteriores, Marcelo Ebrard, le había dicho que México no permitiría el paso a una caravana migrante.
La Secretaria mexicana de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, advirtió de operaciones especiales y de la presencia de agentes de migración.
Algunos migrantes dijeron saber que entrar en Estados Unidos sería complicado, pero indicaron que lo intentarían de todos modos.