Brasil.- Dicen que la justicia tarda, pero llega. Así ocurre en el caso de Nancy Mestre, una joven colombiana, estudiante de bachillerato, que fue violada y asesinada en la madrugada del 1 de enero, en 1994.
Su asesino, Jaime Saade Cormane, fue capturado en 2020 en Belo Horizonte, en Brasil. Duró 26 años prófugo de la justicia, porque escapó el mismo día del macabro crimen.
El administrador de empresas e integrante de una familia de alta sociedad fue condenado en ausencia en su país en julio de 1996. 25 años de prisión por el delito de homicidio y 2 años por acceso carnal violento.
Las sentencias se cuentan a partir de la fecha de su ejecución, es decir, que la condena de Saade Cormane, sigue vigente y prescribe en julio de 2023. Como el hombre todavía no fue extraditado desde Brasil a Colombia, temen que la causa prescriba y nunca pase un día tras las rejas.
Una historia desgarradora
La historia de Martín Mestre, un padre que durante años buscó al asesino de su hija, es de profundo dolor. La última vez que vio a su hija fue en la puerta de su casa después de brindar con su mujer y sus dos hijos. Una de ellos, Nancy Mariana, quien tenía 18 años, le había pedido permiso para celebrar el Año Nuevo fuera de casa y con Jaime Saade, con quien ella salía desde hacía un tiempo.
Mestre salió a despedirlos. “Vuelve a las tres”, le recordó a ella. “Cuídamela”, le pidió a él. Este último es el recuerdo que Mestre tiene de su hija, según publica el diario El País de España.
En la mañana del 1 de enero de 1994, Martín se despertó y sintió que su hija no había llegado a casa a las tres de la mañana como él le pidió y emprendió una búsqueda por varias discotecas hasta llegar a la casa de Jaime Saade.